Capítulo 94
Una cámara estaba arriba mío tomándome en primer plano y yo sin saber qué hacer ni qué pensar… ¿Por qué hizo esto? ¿Por qué juega con nuestros sentimientos así, cuando minutos atrás me había tratado de esa manera tan cortante…? ¿Por qué nos expone de esta manera?
Hasta que lo sentí levantarse de arriba mío y me ayudó a que yo lo hiciera tras él. Sus ojos brillaban tanto como seguro lo hacían los míos, solo que no pude contener mis lágrimas y comencé a llorar…
Cuenta Pedro…
Ya no lo soportaba más… ya no podía seguir luchando conmigo mismo… la tenía tan cerca y tan lejos a la vez… Todo el día estuve haciendo un esfuerzo sobrehumano para no mirarla, para no acercarme, porque es como si tuviera una especie de imán que me guía a ella… Pero cuando vino a hablarme ya no lo soporté más… “Yo solo quería que estemos bien” me dijo y podía notar que estaba al borde del llanto… Sentía que atrás de su deseo había mucho más, o era lo que quería creer…
No podía más con esta incertidumbre… ¿Será que no está todo perdido? ¿Será que ella aun siente algo por mí? ¡Necesitaba saberlo y ya! Por eso cuando vi la oportunidad no lo pensé, no medí lo que estaba haciendo, solamente tomé el lugar para hacer ese paso de baile que ni siquiera sabía hacer, pero no me importaba, quería sentirla cerca, saber si es solo a mí o ella también sigue sintiendo todo esto…
…Estábamos los dos así… abrazados… podía sentir su cuerpo temblando debajo de mí, su corazón latía fuerte a la par del mío… no estaba todo perdido… su cuerpo hablaba y me decía mucho más de lo que ella podía o quería decir…
Sabía que nos había expuesto, y sentía que si no estuviéramos una cámara enfrente todo esto sería distinto, quería besarla mucho más que sus mejillas, quería decirle tantas cosas y quería que me dijera todo lo que no se anima a decirme…
Decidí que ya era momento de parar esto, ya había demostrado lo que quería. La ayudé a levantarse y pude ver en sus ojos que estaba tan emocionada como yo, solo que no pudo contener sus lágrimas… ¡No sabía qué hacer! ¿Qué había hecho? ¡No quería que se ponga así!
Mariano y Zaira se acercaron, creo que al vernos así de shockeados trataron de remar la situación porque así como estábamos nosotros no éramos capaces de nada…
Mariano: ¡Qué momento! Pasó algo raro en el estudio… -Por primera vez reparé a nuestro alrededor… todos estaban expectantes, algunos hasta emocionados…- ¡De repente todo venía ahí arriba y luego todos nos quedamos…-haciendo señas hacía abajo…
Zaira: ¡Sí! Es un momento complicado que entendemos que es difícil para ustedes-dijo mientras se paraba al lado de Pau que trataba de reponerse…
Mariano: ¿Pau, estás bien? –Y lo odié por la pregunta…
Paula: ¡Es que nos queremos mucho… es difícil! –Sentí como si un puñal me volviese a atravesar… Ella me quiere ya no me ama…
Zaira intentó distender la situación tratando de desviar la atención que había sobre nosotros. Mariano debía hacer unos auspicios y Paula pidió para ir al baño. La vi salir del estudio y algo me impulsó por segunda vez en el día a que vaya tras ella…
Llegué como pude a los pasillos y la encontré antes de que se metiera en el camarín, la tomé del brazo y un flash vino a mí cabeza… ese desfile en Córdoba, en que habíamos hecho la pasada final juntos vestidos de novios y en donde, así como ahora, la había frenado en un pasillo para declararle mi amor, para confesarle que no dejaba de pensar en ella… Las cosas eran igual que entonces, ella vive en mí, constantemente…
Pedro: ¡Pau! –Giró y me miró, aun lloraba… y me dolía. -¡Perdón! No lo tendría que haber hecho…-Agaché mi cabeza resignado… ella seguía sin decir nada y yo sentía que no iba a poder contener más mis lágrimas- Es que…-Traté de buscar alguna manera de justificarme pero simplemente dejé escapar un…- TE EXTRAÑO…
Cuenta Paula…
Debía abandonar el piso ya… sentía que si seguía un segundo más ahí iba a caer desplomada en el suelo. Ya habíamos montado demasiados espectáculos por hoy, no soportaba uno más…
Salí a los pasillos con mis lágrimas acompañándome. No podía con tantos sentimientos juntos, sentía que mi corazón necesitaba un respiro, necesitaba volver a un ritmo normal o iba a explotar… Caminé hasta que alguien detuvo mi pasó, sosteniéndome del brazo sano ¿Puede ser? Un deja vu vino a mí, esto ya lo viví. Lo escuché decir mi nombre, giré, era él, que me miraba visiblemente emocionado…
Pedro: ¡Perdón! No lo tendría que haber hecho-Me confesó, y sentía que mis piernas perdían fuerza… no, amor… amé que lo hicieras… pero no podía expresarle lo que mi corazón gritaba- Es que…-Sus ojos se llenaron de lágrimas también-… TE EXTRAÑO…
No podía reaccionar quería gritarle que yo también lo extrañaba, que lo amo con toda mi alma, que no soporto más estar lejos suyo, pero no pude emitir sonido, ni me dio tiempo… simplemente se dio vuelta y se fue, volviendo al piso… abatido por su confesión y yo solo me quedé mirándolo, como si quisiera salir de un trance que me forzaba a estar inerte y ahora con culpa por no haber dicho, ni hecho nada, una vez más…
No me odien! sigan leyendo!!! ;)
Tuve que volver al piso, pero no lo hice hasta que no me sentí preparada para hacerlo. Sochi vino a mi ayuda e hizo lo posible para arreglar me estado, tanto anímico, como estético… Cuando volví traté de remarla y hacer lo posible para que la incomodidad no se note…. No volvimos a cruzar palabras con Pedro, ni tampoco era el lugar. Lo volví a notar tenso como al principio, tal vez piensa que se equivocó y no quería que piense eso. Necesito aclararle cuanto antes todo lo que me pasa. Pero no podía ser ahora…
Todavía quedaba más de una hora de programa. En el momento en que me fui, estaban en pleno programa, así que no hubo otra despedida aparte de la que me dieron al aire. No pude hablar con Pedro y sabía que él no vendría a despedirse de mí tampoco una vez que abandoné el estudio…
Sochi me llevó hasta mi departamento, llovía torrencialmente y eso no cooperaba en absoluto. Entré a mi casa totalmente aturdida ¿Y ahora? ¿Qué hago con todo esto que tengo adentro?
Cuenta Pedro…
Llegué a casa. Apenas entré y encendí las luces, ya que estaba todo a oscuras… miré alrededor y todo el espacio parecía enorme… vacío… igual como me sentía yo… y sentía que otra vez la angustia iba a apoderarse de mí y no quería… no podía. Prometí que ya no caería en ella…
Busqué algo para tomar y puse música, para ser más preciso Ciro y los Persas sonaban haciendo temblar las paredes de mi departamento… prefería quedarme sordo o escuchar los insultos de mis vecinos que a mi cabeza…
Revisé mi celular, Mati, Fede, Pipeta y Hernán habían organizado un torneo de play en su casa. Todos ellos me pedían que asistiera, insistentemente... y realmente mi ánimo no era el mejor, pero sabía que si me quedaba en casa iba a dar vueltas en la cama sin poder dormir… aunque estuviera cansado como estaba… No me iba a venir mal tomar un poco (o bastante) ni despejarme con mis amigos, ni fumar hasta que mis pulmones reciban solo nicotina… No tenía otra opción le envié un mensaje a Hernán…
“Voy, llevo Fernets y Coca… no empiecen sin mi”- A lo que mi amigo respondió.
“¡Buenísimo! Te esperamos. A las 10 arrancamos, te reservo Bélgica”- Sonreí y fui hasta mi cuarto a buscar ropa para cambiarme, con la lluvia me había mojado un poco y eso que andaba en auto. Pero parecía que el cielo se venía abajo, era imposible no mojarse…
Mientras terminaba de vestirme me pareció escuchar el timbre, pero no estaba seguro, tal vez solo me parecía… A los pocos segundos tuve la misma sensación. Salí de mi cuarto para ir al living y bajar el sonido de mi equipo, y cuando me acercaba a mi portero eléctrico el timbre volvió a sonar. Seguro era alguno de los chicos que querían asegurarse que iría… Miré desde el monitor del aparato a la persona que insistentemente me tocaba el timbre desde la calle… no podía creer lo que veía… Hasta que levantó su cabeza y terminé de confirmarlo…
Cuenta Paula…
No podía dejar de dar vueltas en el departamento. Mi cabeza no dejaba de pensar y necesitaba verlo. Decirle todo eso que no pude decirle… Miré mi reloj, ya hacía más de una hora que había terminado el programa, ya debía estar en su casa… En un momento me había ilusionado con que tocaría a mi puerta, pero no… eso no pasaría, él ya dio un paso, diciéndome que me extraña, ahora me toca a mí…
No lo pensé más y tomé mi campera y salí del departamento. Recién cuando puse un pie en la calle recordé la tormenta que había, pero no iba a volver a subir para buscar mi paraguas, no quería perder un segundo más. Necesitaba decirle lo que sentía de una vez por todas… Solo esperaba que me dé la posibilidad de hacerlo…
Vi venir un taxi libre y prácticamente me tiré encima de él para que se detenga. Creo que por primera vez en mi vida estaba tan decidida en querer hacer algo… pero a la vez tenía miedo… miedo de que no quisiera escucharme… que no quiera que volvamos a intentarlo. Sabía que me amaba, lo sentía, pero en mí retumbaban las palabras de Zai y ¿sí él quiere protegerse para no salir lastimado?
Bajé del taxi y tuve que atravesar la calle, ya que me dejó en la vereda de en frente. No podía llover más fuerte, y con el trayecto que hice quedé toda empapada y el frío lo sentía hasta en los huesos.
Toqué el botón con el piso 8ºA, pude notar que mis manos temblaban, mi cuerpo temblaba y no sabía si era por el frío o por los nervios, unos segundos después no obtuve respuesta. Toqué de nuevo… y nada. Una incertidumbre enorme se apoderó de mi… tal vez no había llegado o peor aún… no vendría…
Sentí unas ganas terribles de llorar, pero aun así no quería darme por vencida. Si no estaba buscaría la forma de encontrarlo…
Toqué por tercera vez el botón del portero eléctrico hasta que escucho decir…
Pedro: ¡Paula! ¿Qué hacés acá?-Levanté mi cabeza hacía la camarita para que me vea.
Paula: ¡Necesito hablar con vos! Dejame subir por favor…-No me respondió nada, a los pocos segundos escucho que me habilita para subir. Entré rápido al edificio y me fui a los ascensores. Piso 8º. Me miré en el espejo y mi aspecto no podía ser peor, traté en vano de acomodar un poco mi pelo y mi ropa toda mojada. Hasta que llegué. Me fui hasta la puerta de Pedro y suspiré, era la hora… golpeé y esperé…
Lo vi abrir la puerta, y se paró en frente mío, en sus ojos había tantas preguntas, se veían tristes, llenos de miedo y no podía evitar sentirme responsable de eso. Pasé sin pedir permiso y cerré la puerta detrás de mí sin apartar mis ojos de los de él nunca. Me decidí y hablé…
Paula: “Yo también te extraño”-Y ya no podía contener mis lágrimas, y pude notar que él hacia fuerza por no dejar salir las suyas…
Pedro: Pau... –Me acerqué los pasos que me separaban de él. Nuestras respiraciones eran agitadas, todo en mí volvía a alterarse…
Paula: ¡Te amo! –Le confesé con la voz entrecortada pero segura- No puedo… ni quiero olvidarte…-Una sonrisa se dibujó en su rostro… sentía que de a poco mi alma volvía a mi cuerpo…
Pedro: ¡Yo también te amo! No tenés una idea de cuánto… -Me dijo emocionado y dejó escapar sus lágrimas también…
Nos abrazamos y chocamos nuestras frentes, nos miramos a los ojos… disfrutando el momento, queriendo que sea eterno y guardarlo así en nuestras memorias, recién ahí unimos nuestros labios…
Hola!!!! Cómo andán??? Y llegó el día!!! Esto solo es el comienzo de la Reconciliación. No quiero adelantar mucho al respecto lo que sí voy a avisarles que me quedó muy larga y que estoy pensando en subirla en dos veces, uno sería para el sábado y el otro para el lunes, o prefieren todo junto? Bah! Para qué pregunto, es muy obvia la respuesta. Pero yo prefiero subirlo así porque no tengo adelantado el siguiente! O sino el siguiente lo subiría recién el miércoles! Jajaja
Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también.
Les dejo el adelanto para el día sábado…
Pedro: Decime que no estoy soñando- Y sonreí recordando que fue lo primero que me dijo la primera vez que nos besamos… no podía amarlo tanto… sentía que mi corazón no estaba preparado para esto…
Paula: Estamos despiertos- Le volví a responder y volvimos a besarnos, como queriendo compensar todos los besos que no nos dimos todo este tiempo…