Capítulo 123

Capítulo 123



Días después…

Cuenta Pedro…

     Ya habíamos terminado con nuestras obligaciones. Estábamos oficialmente de vacaciones. Mañana iría a Mármol a pasar navidad en lo de mi papá como hacía siempre, pero con la diferencia que ya no iría solo, Paula estaría conmigo, y difícilmente me dejen pasar si no voy con ella ¿En qué momento pasó todo esto? Mis hermanas llaman y hablan con ella, arreglan las cosas con Pau, mi papá me llama y lo primero que hace es preguntar por Paula, y ni hablar de mis sobrinos que están embobados. Amaba la relación que se había formado, amaba verla feliz cuando estaba rodeada con mi familia… y si mamá estuviera acá… La presión que tanto conocía se hizo sentir en mi pecho, ese dolor que sentía con tan solo recordarla… mis ojos empezaron a arder…

   Como era predecible llegaban estas fechas y no podía evitar recordarla con nostalgia. A estas alturas mi mamá estaba como loca organizando las super fiestas que tanto amaba hacer en casa. Multitudinarias, llenas de familia y amigos.

   Desde que ella no estaba tratábamos de mantener la costumbre, pero no era lo mismo y era inevitable no sentir su ausencia, lo que lo hacía aún más difícil. En ese momento la veo llegar a Pau, que entraba por la puerta con bolsas y bolsas, hace días que está haciendo compras para navidad y para el viaje, y,aunque traté de disimular mi estado, se me quedó mirando.


Paula: ¡Hola, gordo!! ¿Estás bien? –Me preguntó mientras se acercaba al sillón, donde estaba apoyado, para dejar un beso en mis labios.

Pedro: ¡Sí! Estoy bien- La abracé fuerte, obligándola a soltar las bolsas.

Paula: mmm no te creo ¿Qué pasa?- Me preguntó separándose de mi para mirarme a los ojos… estudiándolos… como queriendo descifrar algo en ellos. Pero no quería hablar de esto ahora, necesitaba sus mimos.

Pedro: ¡Nada! –Le dije tratando de sonar convincente.

Paula: ¡No te cierres conmigo, gordo! ¡Te conozco! No me digas nada… -Rodeó sus brazos a mi costado como para no dejarme escapatoria y suspiré- ¿Es por tu mamá, no? –La miré sin poder cómo podía conocerme tanto, ¡No solo sabía que estaba mal sino el por qué!

Pedro: ¿Cómo lo sabés? ¿Tan obvio soy? –Le dije forzando una sonrisa.

Paula: ¡Amor! Yo pasé casi toda mi vida con ese dolor que vos sentís… -Se me hizo un nudo en el estómago al caer en cuenta que Paula había sentido todo esto desde tan chiquita, la miré a los ojos y no podía no imaginármela cargando con tanto dolor por haber perdido a sus padres con tan solo 7 años.

Pedro: Perdón… yo… -Puso un dedo en mis labios para silenciarme, y es que me sentía culpable por traerla a esto.

Paula: Pepe, te puedo asegurar que eso que vos sentís acá- apoyó una mano en mi pecho- eso que sentís no se va a ir nunca… pero aprendés a vivir con él… aunque no lo creas, ahora. Vas a ver que, juntos lo vamos a superar- Me dijo mirándome con sus ojos verdes sinceros, puros… su voz era pura calma y le creía…Sentía que a su lado todo iba a ser más fácil.



Cuenta Paula…


    Llegamos con Pepe temprano, bajo un sol arrasador de un 24 de diciembre.

    Apenas llegamos vimos que Fran y Delfi estaban correteando por el patio. Bajamos, dejando los regalos en el auto, después trataríamos de distraerlos para poder esconderlos en la casa.

   Comenzamos nuestro camino con mi novio, tomados de las manos, saludando a todos los que ya habían llegado.

   Delfi y Fran fueron los primeros que vinieron a nuestro encuentro, siempre con sus besos y abrazos tan efusivos, los que tanto amaba. Horacio ya estaba instalado y concentrado en la parrilla, como siempre. Fede y el marido de Lu estaban ordenando las mesas afuera mientras bebían unos tragos de Fernet que mi novio no rechazó cuando le invitaron. Las hermanas de Pedro estaban distribuidas en distintas labores por toda la casa.

    Después de saludarlos uno por uno. Fuimos con Luciana hasta la cocina para guardar las cosas que habíamos traído. Entre ellas, unos postres helados que los más chiquitos amaban… y yo también.


    Por más que todos mostraran su mejor sonrisa, podía notar, que al igual que mi novio, estaban tratando de asimilar la ausencia… nadie más que yo podía reconocer ese dolor y entenderlo… Desde que tengo memoria cargué con la ausencia de mis padres, y estas fechas especiales, no hacen más que acentuar ese dolor que acompaña siempre…

    Ana estaba acá, lo sabía, la sentía, como siempre imaginaba que tenía a mis padres brindando una noche buena, un año nuevo, un cumpleaños o acompañando cada momento especial en mi vida… necesité siempre creer que era así, tal vez porque así dolía menos.

    Recuerdo una noche de año nuevo, el primero en España cuando me encerré en mi cuarto a llorar pocos minutos antes de las 12. Tal vez la lejanía de mi tierra natal, acrecentó el dolor de la ausencia, sumada a todo lo que había pasado con Julián, todo era demasiado para mí. Recuerdo a Juampi golpeando la puerta para que lo deje entrar y después de haber insistido tanto le abrí, antes de que la derribe. Nos fundimos en un abrazo eterno y me retó por haberme encerrado. Él había adoptado el papel de padre muchas veces en mi vida a pesar de ser solo 2 años mayor que yo, pero siempre tenía la palabra justa y ese día me dijo que ellos siempre estaban conmigo, que a ellos no les gustaría verme así, que debía demostrarles que podía ser feliz y aunque en ese momento lo veía imposible, siempre creí que algún día sería así… Y ahora, a pesar de tenerlo a un océano de distancia, miraba a mi alrededor… y creía que por fin sus palabras tenían sentido.


    Una pregunta de mi novio a su hermana, me sacó de mi transe…


Pedro: ¡Cuanta comida, Lu! ¿Quiénes vienen? –Dijo mientras guardaba las cosas en la heladera.

Lucina: Aparte de nosotros, que ya somos bastantes…-Reímos- los tíos, los primos y mmm… Inés- Pedro y yo la miramos extrañados.

PyP: ¿Inés? –Dijimos al unísono.

Luciana: Sí, papá me acaba de contar que la invitó a pasar la noche buena con nosotros…

Paula: ¡Qué raro! Yo hablé con ella hace unos días y me dijo que iba a viajar para pasar las fiestas con su hermano en la Costa-Mi cuñada levantó los hombros.

Luciana: ¡No! Parece que no… Papá e Inés se entienden muy bien…- Pedro la miró extrañado.

Pedro: ¿Muy bien? Algo estás ocultando, Lu. ¡Te conozco! – Luciana suspiró vencida.

Luciana: Antes de que lleguen todos, cuando le pregunté a papá quienes venían… Me habló de Inés, ella y papá se encontraron varias veces… ellos están empezando algo…

Pedro: ¿Qué? –La interrumpió mi novio con cara de pocos amigos.

Luciana: ¡Sí! Yo tampoco puedo creerlo-Confesó Lu.

Pedro: Habrás entendido mal. ¡No puede ser!

Luciana: ¡No, Pepe! No entendí mal. ¿Y qué tiene de malo? Parece una buena mujer- Me miró para que apoye sus palabras. Yo seguía parada viendo la escena entre ellos, sin saber si me correspondía o no opinar.


    Pedro la miró serio y antes de que pudiera decirle algo, se vio obligado a callar, ya que Fede y Caro entraban a la cocina.

    Lo agarré de la mano con la excusa de llevarlo hasta el auto para ir a buscar los regalos. Todo el recorrido desde la casa al auto, y desde el auto hasta el cuarto donde decidimos ocultarlos fuimos en silencio. Pedro estaba con el ceño fruncido como tratando de lidiar con lo que Luciana acababa de contarnos.

   Apenas pusimos un pie en el cuarto me paré enfrente suyo y lo increpé.



Paula: ¿Me podés decir por qué te ponés así con lo que te contó Lu?

Pedro: ¿En serio me preguntás? –Me miró afligido- No puedo creer que papá… que Inés… ¡No sé!

Paula: Te desconozco, amor… El Pepe que yo conozco suele mirar más allá de sí mismo- Volvió a fruncir el ceño y me escuchó atento- ¿Qué tiene de malo que se estén conociendo? ¡Son adultos! ¿Qué? ¿Tenían que pedirles permiso? O es porque… es Inés. –Rematé y lo vi suspirar y tomar aire.

Pedro: Pau, no quiero que terminemos discutiendo nosotros por esto. Solo te pido que me entiendas… no me lo esperaba… y menos un día como hoy… -Me dijo agachando su mirada, sus ojos se llenaban de lágrimas… bajé un cambio y traté de entender su reacción, pero me molestaba que sea tan necio a hacerse a la idea que su padre haya decidido dar un cambio a su vida y, a la vez, sabía que le fastidiaba que la persona que había elegido sea nada más y nada menos que mi ex suegra.

Paula: ¡Entiendo! Pero se dio así… Para él tampoco debe ser fácil. Necesita el apoyo de ustedes…- Asintió y me acerqué para abrazarlo y lo sentí relajarse en mis brazos- Amor, seguro que te haría bien hablar con él. No sé si ahora o después, pero creo que es lo mejor- Volvió a asentir no muy convencido y le di un beso. Después de esconder los regalos, bajamos para integrarnos al resto de la familia.


Cuenta Pedro…


    ¿Papá e Inés? No podía creer que sea cierto. En mi cabeza fantaseaba con la idea de que Luciana había entendido mal, que se había ido por las ramas, sola… pero sabía que era casi imposible. Luciana jamás me hubiese contado algo así sin estar segura.

    Después de hablar con Paula, cosa que temía que terminara en una discusión sin sentido. Me hice a la idea, pero necesitaba escucharlo de la boca de mi padre, Si todo esto era cierto y que tan serio es.

     Mientras Paula estaba con Sonia, terminando de preparar las ensaladas, fui hasta la parrilla donde estaba mi papá. Apenas me vio acercarme, su cara cambió. Creo que sabía a qué iba y lo vi ponerse incómodo.


Horacio: ¡Hola, hijo! –Me dijo al momento que me entregaba algo para tomar, lo cual acepté sin siquiera mirar qué era.

    Me apoyé en la mesada de la parrilla donde estaba haciendo su trabajo y lo miré esperando encontrar la manera para encarar lo que quería preguntarle.


Horacio: ¿Luciana te contó? –Lo miré sorprendido sin saber si decirle si o no. No había pensado si lo que me contó mi hermana era un secreto entre ellos.

Pedro: ¿Qué cosa? –Quise disimular pero creo que no servía para eso.

Horacio: Si te contó-Suspiró y agaché mi cabeza- Pepe, hijo… todo esto nos tomó por sorpresa. Inés es una mujer estupenda y descubrimos que tenemos muchas cosas en común… que nos hacemos bien- Lo volví a mirar ante semejante confesión. Era cierto… no eran alucinaciones de mi hermana…


     Hola! Cómo andan? Se acuerdan que una vez les dije que entre Inés y Lina, una de ellas iba a ser importante en el futuro de Pedro y paula, bueno, acá se va viendo por donde era. Sí, Inés y Horacio juntos!
     Vamos a ver como lo digiere Pepe en el próximo capítulo…

     Hoy es mi cumpleaños, y oh! Casualidad me toca  de cerca los sentimientos ante las pérdidas de mis PyP y las fechas especiales! Pero no me quiero bajonear! Ayúdenme a que Pepe y Pau me saluden, el año pasado, un día como hoy, se empezó a correr el rumor de que Pau estaba embarazada, y obviamente no tuitearon por varios días! ;) A ver si este año tengo suerte! 

     Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también. Si es en el Blog mejor ;)

     Les dejo el adelanto para el próximo capítulo que trataré de subir el sábado :)


Pedro: ¡Lo sé, pa! Solo que…

Horacio: ¡Ya sé! Es raro. A mí también me cuesta aceptar lo que nos pasa. Pero es así. Ella carga con tanto dolor y yo con los míos… y si estando juntos aliviamos un poco todo eso ¿Por qué no? Yo necesito saber que tengo el apoyo de ustedes. Entiendo que te cueste asimilarlo… siempre fuiste el consentido de tu mamá-