Capítulo 135
Salí al balcón. Necesitaba fumar y tomar aire a la vez. No podía entender cómo de un minuto al otro todo se había dado vuelta… Giré mi cabeza para mirar el interior de la casa y la vi desempacar unas cosas, parecía que estaba llorando y sentí un nudo en el estómago. Tal vez tenía razón, por ahí la estaba agobiando con mis cuidados y es que no me perdonaría que le pase algo a ella o a nuestro bebé con cosas que pueden evitarse… tenía que aprender a negociar si quería que las cosas funcionaran bien
Para cuando terminé mi cigarrillo ya había entrado en razón y decidí entrar, no la encontré en el living, doblé a la cocina y nada, en ninguno de los 2 cuartos estaba, cuando la escuché vomitar en el baño… fui corriendo y abrí la puerta para encontrármela descompuesta frente al inodoro.
Pedro: ¡Amor! ¿Estás bien? – Levantó su cabeza sin mirarme, a la vez que tiró de la cadena para levantarse y lavarse la cara. No me decía nada y me sentía culpable por ponerla así… Se sentía bien antes de que discutiéramos.- ¡Pau! ¡Perdoname! ¡Tenés razón!
Paula: ¡Dejame tranquila, Pedro! –Me dijo saliendo del baño, y yo la seguí. La agarré, lo más suave que pude, del brazo, solo para detener su paso firme, y que pudiéramos hablar. Cuando lo logré me paré en frente de ella.
Pedro: ¡Te estoy pidiendo perdón, Pau! ¡Sé que me pongo pesado a veces! -Le hablé mirándola a los ojos, pero ella no lo hacía… -¡Pau! –Noté que comenzaba a llorar de nuevo, y me odiaba por haberla puesto así.
Paula: ¡No entendés nada! –Me dijo levantando la vista, estaba enojada, y no era para menos… yo también estaba enojado conmigo mismo…- ¡No hace ni 10 minutos que llegué a TU casa y ya me dejás hablando sola! ¿Así va a ser de nuevo? ¿Cada vez que haga algo que no te guste te vas a borrar?- Las palabras de Paula me cayeron como un balde de agua fría, tenía razón. Volví a hacer la misma estupidez de antes, esas que nos terminaron alejándola una vez… Las que ella tanto odiaba…
Pedro: ¡Perdón! -Suspiré -No lo voy a volver a hacer… Perdoname- Tratando de ser lo más sincero posible, no podía decir nada más…
Paula. ¡Eso ya lo escuché antes! –Se limpió las lágrimas con bronca y se alejó desapareciendo de mi vista.
Me quedé parado, sin saber qué hacer… La vi irse al living, donde estaban desparramadas todas sus cosas. No sabía si ir tras de ella y seguir hablando, o si era mejor dejarla sola… no sabía qué era lo que quería que haga. Sentía que si me acercaba iba a ser peor… y si la dejaba sola también iba a molestarle. Sentía que cualquier paso que hacía iba a ser incorrecto. Pero no podía quedarme ahí parado toda la noche. Me fui hasta donde ella estaba y sin decirle nada, empecé a sacar algunas cosas de las cajas que ella también estaba revisando. La vi detenerse y sin mirarme me dijo.
Paula: ¡No tengo ganas de hacer esto, ahora! Me voy a dormir… -Se fue a el cuarto, antes de que pudiera decirle nada.
Otra vez sin saber qué hacer, no había comido nada y lo poco que había comido durante el día lo había vomitado. No quería que se vaya a dormir así, pero sentía que no podía hacer nada. Dejé las cosas como estaban. Miré la hora, eran casi las 12 de la noche, me fui hasta el cuarto, y la encontré tal cual la imaginaba, dormida, de espaldas a mi lado. Aunque no sabía si realmente estaba dormida…
Me desvestí y me acosté. Aunque no podía dormirme, me había acostumbrado a dormir con su cabeza en mi pecho, sintiendo sus caricias, mientras yo le acariciaba la panza. Sentí un nudo en mi garganta, junto con la necesidad de abrazarla, de volver a pedirle perdón… pero estaba seguro que iba a rechazarme y eso dolería el doble, aparte no quería molestarla más, ya tuvo suficiente por hoy de mí… Me acosté boca arriba, mirando el techo, a la espera de que el sueño se decida a venir por mí.
Cuenta Paula…
Me desperté, con la luz que entraba por la ventana, con aroma a tostadas y café con leche que no sabía si eran parte de un sueño o eran reales, y con un fuerte dolor de cabeza. Recordé lo que pasó anoche, y sentí una puntada en el pecho… ¿Qué me pasaba? ¿Por qué reaccionaba así? Sentía que las cosas que antes me molestaban, ahora se habían potenciado… Pedro solo quería cuidarme y yo lo ataqué así. Y lo peor es que sentía que él no sabía qué hacer, anoche moría por un abrazo suyo… por sus besos como siempre cuando lo sentí acostarse a mi lado, pero eso no pasó… ni siquiera me habló, ni intentó arreglar las cosas… Y sabía por qué… yo lo estaba alejando… Cuando lo único que quería es tenerlo cerca… ¡¿Por qué es tan difícil?!
Me levanté y, después de pasar por el baño, me fui hasta la cocina, a enfrentarlo. Cuando entré, lo vi parado, apoyado en la mesada, con una taza en la mano, y la mirada perdida. Cuando notó mi presencia levantó la vista y me dijo.
Pedro: ¡Buen día! –Forzó una sonrisa, sus ojos estaban tristes y me dolía verlos así.
Paula: ¡Buen día! – Le dije acercándome hasta él, que seguía en el mismo lugar y me paré enfrente suyo… me miró sorprendido, creo que no se lo esperaba.
Pedro: ¡Perdón! ¡Ya sé que hago todo mal! ¡Odio que estemos así! –Me dijo con la voz entrecortada- Odio no poder abrazarte cuando estamos acostados, ni besarte, ni tocar tu panza, ni… -Lo agarré de la nuca y lo callé con un beso. No necesitaba seguir escucharlo decirme qué cosas odiaba, yo también sentía igual.
Paula: ¡Yo también odio todas esas cosas! –le dije casi en sus labios- Y levanté mi mirada para conectar con la suya, sus ojos brillaban tanto que me encandilaban…-No hacés todo mal, solo que yo… estoy un poco revolucionada- Lo vi sonreír y yo hice lo mismo. Luego me abrazó como nunca antes había hecho… su abrazo fue tan fuerte, tan sentido… Parecía como si se estuviera al borde de un precipicio y tenía que aferrarse de mí para no caer… Me dolía pensar qué cosas había estado pensando, tenía cara de no haber dormido. Y otra vez tuve que repetirme: Debo aprender a manejar mis hormonas… faltaban 7 meses por delante, y luego el famoso postparto. Debía aprender a controlarme.
Cuenta Pedro…
2 Semanas después…
La vuelta a la rutina. Oficialmente habíamos empezado nuestro año laboral. Si bien todavía los productos de Ideas no estaban en el aire, ya estábamos en pleno proceso de pre producción. Este sábado ya empezaríamos con La Cocina, y a la vez estábamos preparando el formato de humor que estaría en Showmatch, alternando con el Bailando, el que, por suerte desistieron en insistir.
Acá en Ideas ya todos sabían del embarazo de Pau, que íbamos a ser papás. Pero claramente la noticia no iba a salir de ellos. En ellos sí podía confiar, eran mis amigos de años y me lo habían demostrado en más de una ocasión.
Todavía faltaban más de 2 semanas para confirmar. Y si bien era un secreto a voces, todavía no queríamos decir nada, cosa que se hacía difícil, ya que no había quién no me preguntara si era cierto, y con más insistencia, los periodistas, que habían estado al acecho de la confirmación, cuando días atrás, Pau se tuvo que bajar de un desfile porque se había mareado.
Ese día fue caótico. El calor de mediados de febrero era insoportable, y había temido por Pau y nuestro bebé. Ella venía sintiéndose bien, y yo no quise transmitirle mis miedos. Cosa que ese día lamenté…
Y es que desde la última vez que peleamos (Hace 2 semanas), no quise agobiarla más con mis cuidados, sabía que ella sabía cuidarse sola y debía confiar en ello. Ella también estaba mucho más tranquila, sin esos cambios rotundos de estado, lo que hizo que estos días de convivencia sean excelentes. Todo había girado en medio de la paz absoluta… Hasta que ese día me llamó llorando diciendo que se sentía mal, que se había mareado antes de subir a la pasarela. Recuerdo que en ese momento morí de miedo, pensando que tal vez se había caído, y me lo estaba ocultando…Pero en cuanto fui a buscarla, que por suerte estaba cerca, aunque a mí se me había hecho eterno y la vi, ya estaba mejor. Sochi estaba con ella y me contó lo que había pasado: Le había bajado la presión, antes de la segunda pasada, se mareó y se le aflojaron las piernas, pero llegó a sentarse antes de caer, ya la había visto un médico. Así que tomé el mando de la situación y después de escuchar las indicaciones que le había dejado el doctor, salimos del lugar, lo más inadvertidos posibles, cosa que fue difícil. Todos parecían haberse hecho eco del rumor, pero entendían la situación y yo tenía algo mucho más importante que hacer antes que quedarme a dar las explicaciones que nos exigían.
El médico le dijo que debía hacer reposo, y alimentarse bien. También habíamos pedido cita con Marisa para el día siguiente, no queríamos esperar los 5 días que faltaban para el siguiente control, aunque el médico le dijera que era normal y que hasta las que no estaban embarazadas podían sentirse así con este clima, nosotros preferíamos saber que todo estaba realmente bien.
Pau se sentía culpable por haber ido, y si bien yo me arrepentí de no haberle dicho que no fuera, traté de calmarla, sabía que era lo que necesitaba. Lo último que haría sería reprocharle, ahora solo tenía que cuidarse y hacer lo que le dijo el médico.
Ir al control fue otro tema. El esquivar y lidiar con la prensa… Pero no íbamos a dejar de ir por ellos. Ya no nos importaba. La salud de Pau y mi hijo, estaban primero.
Marisa nos tranquilizó, diciendo que estaba todo en orden, que un poco de reposo no le vendría mal, aunque sea 1 semana, y volvió a hacerle una ecografía. Y mi bebé estaba ahí, creciendo sano y fuerte… Otra vez la emoción de ver plasmado en esa pantalla su imagen, aun cuando todavía no la entendía bien… pero escuchar su corazoncito latiendo y ver esos movimientos raros como diciendo acá estoy cómodo y bien, me hacían sentir el hombre más feliz del mundo. La miré a Pau que me miraba emocionada, no debía imaginar cómo era mi cara, para que prefiera verme a mí que a nuestro bebé, pero duró unos segundos hasta que volvió a mirar unos minutos más a nuestro hijo haciendo sus morisquetas.
Ahora Pau estaba en casa, y por lo que me dijo cuándo la llamé, aburrida. Por lo que apenas terminaron la sexta reunión que tuvimos en el día, cancelé mi sesión con mi psicólogo y preferí volver a casa. No veía la hora de que me dé el alta, pensé que después de las vacaciones y de que le contara todo lo que estaba viviendo iba a liberarme, pero solamente se rió y me dijo que aunque yo no lo vea, ahora es cuando más lo necesitaba. ¿Ahora que me sentía el hombre más feliz del mundo? Él solo asintió y me dijo, tu cabeza está cambiando al ritmo de tus emociones, tenés que estar preparado para los cambios que vendrán… soltarte ahora es como dejarte a mitad de un camino que no conocés sin una brújula en la mano. Dejar de venir está en vos, cuando decidas regresar también… Y por ahora sentía que debía estar cerca de Pau, ella me necesitaba más a mí, que yo a mi psicólogo. Hoy sentía que debía volver a casa, no tenía más fundamentos que ese.
Entré a casa y me fui directamente a buscarla. Seguro estaría acostada, aunque le cueste hacerlo, sabía que lo hacía por nuestro bebé.
Cuando entré a nuestra habitación vi que estaba sentada en la cama llorando y me acerqué corriendo a su lado, ¿Qué le pasaba? Se notaba que había estado haciéndolo hace rato y me angustiaba saberlo. ¿Le había pasado algo?
Paula: ¿Qué hacés acá? ¿No tenías turno con el psicólogo?-Me preguntó queriendo disimular lo obvio.
Pedro: ¡Cancelé! Algo me dijo que debía estar acá… no me equivoqué… -Le dije sin pensar- ¿Qué pasó? ¿Estás bien? – Dejó caer unas lágrimas y sonrió.
Paula: ¡Gracias! Solo que…- Agachó su mirada y yo lo hice también para ver lo ella miraba, lo que tenía en sus manos… Eran fotos de sus papás, varias, que ya me había mostrado antes… Varias de ellos con Pau de chiquita, otras de ellos solos y otras de su madre. El parecido que tenía con Pau era impresionante, hasta para ella.
Hola! Cómo están? Y acá vuelvo por un ratito! Les prometí, aunque sea, un capítulo por semana y cumplo.
Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también. Si es en el Blog mejor ;)
Les dejo el adelanto para el próximo capítulo que subiré en cuanto pueda! :)
Pedro: ¡Amor! ¡Ellos siempre están con vos! –Traté de calmarla, pero produciendo todo lo contrario…
Paula: ¡Quiero creer en eso! Pero es que… -Tomó aire para poder seguir-¿Cómo voy a ser para ser una buena madre cuando yo apenas recuerdo a la mía?
Lau: genia escritora, me hiciste llorar un poquito con este cap. Muy emotivo y muy sentido. Divino!!! Fue tal la emoción cdo ente a tw y ver el cap, lo esperaba mañana. Graciassssssssss!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarHola Sil! Qué bueno que se emocionen! esa es la intención! Gracias!
EliminarSí! lo terminé anoche y me adelanté un día! jajaja
Besote Sil!
que lindo me encanto el cap se pudieron arreglar, y por el adelanto me dice que esta muy movilizada pau todo se supera espero el siguiente cap te mando besos
ResponderEliminarHola Iara! Sí, todo es solucionable cuando hay amor, y a Pepe le toca entender, Pau también pasa por muchos cambios!
EliminarBesotes y hasta el próximo!
Hola Lau: me sorprendio que subas hoy!
ResponderEliminarCreo que vienen con muchos cambios los dos y ambos estan super sensibles aunque lo de Pau esta potenciado!
A PP le toca el papel de contener, no creo que sea buena idea que deje a su psicólogo. Lo va a necesitar mas que nunca!!!
Igual es cuestión de entenderse y de saber llevar los humores, temores y miedos de cada uno, aflojar cuando es el momento y dejar pasar algunas cosas! De eso se trata la convivencia no?
Me puse reflexiva a esta hora jaja!
Besotes y espero el próximo cuando puedas subir!
Pasalo lindo ahora que salió el sol!! ;)
Hola Lau! sí! me adelanté un día!
EliminarMuchos cambios para ambos, y Pau empieza a sentir las ausencias...
Si, Pepe piensa q no necesita el psicologo porque siente q es a Pau la q tiene q contener, porq él se siente bien... espero q no se equivoque ;)
Totalmente, tienen q hacer el esfuerzo de entenderse para q funcione la convivencia y todos los cambios de humores!
Besote! y veo cuando subo de nuevo!
Voy a tratar! estoy con unos días! :/