martes, 31 de diciembre de 2013

Capítulo 119



Capítulo 119

    Pensé que no había algo que pudiera hacer este día más perfecto… pero me equivoqué… él puede hacerlo aún más perfecto… Nos separamos y chocamos nuestras frentes y luego observamos cómo todos nos miraban expectantes. Volví mi mirada hacía él.


Paula: ¡Gracias por hacerme tan feliz! –Una sonrisa orgullosa se dibujó en sus labios.

Pedro: Es mi misión en esta vida- Me dijo sincero y yo volví a besarlo. Sin importarme nada más…



Cuenta Pedro…


    Definitivamente no le mentía a mi novia cuando le decía que mi misión en la vida era hacerla feliz. Ver su cara en el momento que le contaba cuales eran mis planes llenaba todo mi mundo. Su sonrisa, sus ojos… el brillo que había en ellos, la felicidad y la emoción que me transmitían era más de lo que había imaginado cuando empecé a planear todo esto…

   La amaba y la conocía tanto que sabía que era lo que necesitaba. La había visto emocionarse con cada foto o palabra de Juampi y Camila por todo lo referido a Benja. Sabía también otras cosas que ella ignoraba y que no veía la hora que sepa. Sabía que cuando volviésemos de Europa todo iba a ser distinto… pero ella no podía saberlo… no, todavía.

    Ese día volvimos muy tarde de Mármol y fuimos a mi departamento. Todo había salido perfecto. Todos se veían contentos y disfrutando con nosotros. Obviamente tuvimos que contar cual era el motivo de tanta emoción y demostración de afecto. Yo no se lo había contado a nadie, salvo a Luciana, que fue quién me consiguió los pasajes, y no tuve opción de contarle.

     Ya caída la noche se fueron retirando y después de dejar la casa en condiciones, regresamos.


Pedro: ¡Hogar… dulce hogar! -Dije ni bien entramos a mi departamento y me dejé caer en el sofá, tirando mi bolso al suelo y ella se sentó al lado mío.

Paula: ¿¡No me digas que estás cansado!?-Me dijo seria y yo sonreí.

Pedro: ¡Para vos nunca estoy cansado! –Su cara se iluminó de nuevo.

Paula: ¡Ah! ¡Te conviene! No te olvides que dejamos algo pendiente esta mañana.-Me dijo subiéndose arriba mío y atacando mi boca desaforadamente.


    Amaba esos arrebatos de pasión de mi novia y no me importó el cansancio por el futbol (Dicho sea de paso que hace mucho que no jugaba… y tanto) y le seguí el juego… entre besos y caricias fuimos deshaciéndoos de nuestras prendas.

     Paula seguía encima mío y por lo visto no tenía intenciones de que nos moviéramos de ahí. Tenía la visión perfecta de su cuerpo desnudo. Hasta que la sentí separarse.


Paula: ¡Te amo tanto!- Me dijo al tiempo que movió su cadera acomodándose…

Pedro: ¡Y yo más! –Me dejé llevar y entré en ella en un solo movimiento… fundiéndome en ella como tanto amaba hacer… volviendo a ser uno… Éramos solo ella y yo… nada más… Me olvidé del cansancio… de todo… Y el resto del mundo dejó de existir…



1 mes y medio después…

Cuenta Paula…


    Ya estábamos terminando noviembre y el inminente fin de año se veía venir. Nuestros planes con Pedro hicieron que tuviera que reordenar mis trabajos y cancelar otros, como desfiles de verano de los cuales no podría ser parte. La intención de mi novio era de darme anticipación para que no tenga problemas para viajar y lo agradecía, esto a último momento hubiese sido un caos, ya que íbamos a estar afuera como 2 meses.

    En cuanto al Bailando. Todavía seguía en carrera. ¡Y pensar que cuando empecé no creía que iba a llegar a mitad de año! En este tiempo tuve mi primer y único duelo, que fue en el caño. Ritmo que me venía costando horrores y que padecí. Pero por suerte fui salvada por el jurado, así que todavía no había pasado por el duelo telefónico.

    Pedro seguía con el éxito de “Buenos…” y “La Cocina”. En el primero ya había superado el TEMITA de ver a mi novio con otra mujer en pantalla. Los primeros días fueron fatales porque lo anunciaban en todos lados, y no era fácil evadirlo. Obviamente que el día que se emitió ese programa teníamos otros planes… no quería verlo, pero no fue posible… Al día siguiente tuve que soportar que antes de bailar Música Country me preguntaran sobre ello y detrás de mí, en la pantalla gigante, repetían una y mil veces la escena que tanto me negaba a ver…

    Pedro estaba a un costado, como siempre y se había puesto incómodo, creo que temía a mi reacción o lo que pudiera llegar a decir, y si bien al principio me hice la tonta para no mirar lo que pasaba atrás mío, finalmente me di vuelta y lo vi…

     En realidad puse mi mente en blanco, y me hice a la idea que él que estaba ahí no era mi novio y que la mujer que besaba, no era mi nueva amiga, y eso me ayudó bastante a superarlo con dignidad. Pero las preguntas inquisitivas (Y con malicia, claramente) del conductor como ¿Qué le pareció? ¿Le gustó la escena? No cooperaban mucho y solo atiné a poner mi mejor cara y decir “Muy linda y romántica”. Después lo miré a mi novio que se rascaba la cabeza incómodo y traté de transmitirle que estaba bien… había podido sobrevivir a ello.

      En cuanto a lo personal, esto no nos había afectado en absoluto… no más que tolerar alguna que otra burla de mi novio, pero ya no era un tema tabú. Era celosa y debíamos superarlo, solo que las pruebas a las que me sometía eran duras. Pero si podíamos tomarlo con humor lo superaríamos sin problemas como hasta ahora. Sentía que cada día que pasaba estábamos más afianzados como pareja, que ya no había nada que no pudiéramos superar.

     Había ido la cita con las Doctoras. Y desde hace más de un mes dejé de tomar mis pastillas anticonceptivas. Comencé a tomar un suplemento con ácido fólico que recomiendan antes y durante el embarazo.

     Desde que dejé de tomar las pastillas mi ansiedad se incrementó a dimensiones impensadas. A tal punto que ahora tenía en mi cartera 2 Test de Embarazo que mandé a comprar a Sochi… Tenía 2 días de atraso, y no sé si era sugestión, pero anoche, antes de bailar chachachá, cuando pasé por en frente del bar de Ideas, el olor me revolvió el estómago, cosa que no solía pasarme… Aunque tal vez solo debía acreditárselo a los nervios pre-baile. No lo pensé demasiado y le pedí a mi amiga, que siempre se ocupaba de mi maquillaje y peinado a la hora de bailar, que fuera a la Farmacia, sin que Pedro se entere… y desde anoche que están ahí, en mi cartera.

    Era temprano y no sé cómo hice para aguantar hasta ahora para hacerme los Test. Tal vez porque mi amiga me dijo que a la mañana el resultado era más exacto y que sería 100 por ciento seguro.

    Me levanté dejando a mi novio dormido en mi cama. Faltaban 20 minutos para que sonara la alarma para despertarnos y yo ya estaba despierta hace 2 horas…

    Me planteé la idea de despertarlo, pero no. No quería ilusionarlo… y menos cuando no era algo seguro… era muy pronto.

    Tomé los Test de mi cartera y fui hasta el baño. Decidí hacerme uno primero y solo si no me convencía el resultado, usaría el otro… Seguí las instrucciones ¡5 minutos! La espera parecía eterna y decidí salir del baño, era obvio que él y yo no podíamos permanecer en el mismo lugar sin que quisiera mirarlo antes de tiempo.

    Salí del baño y cuando volvía al cuarto me lo choqué a Pedro.


Pedro: ¡Acá estás! –Mis ojos se abrieron grandes y creo que me puse toda colorada también. Él iría al baño… vería los test…-¡Ey! ¿Pasa algo, amor?

Paula: ¡No! Yo… eh… ¿Ibas al baño?-Me miró confundido.

Pedro: ¡Sí! Pero… ¿Qué te pasa?- Insistió, al tiempo que él apoyaba sus manos en mis brazos que yacían inertes a mis costados. Suspiré… no me dejaba opción.

Paula: Me hice un Test de Embarazo…-Ahora fue él el sorprendido y una sonrisa se dibujó en sus rostro.

Pedro: ¿Y? ¿Qué dio?-Me preguntó ansioso y pude ver que sus ojos empezaban a brillar, estaba emocionado…

Paula: ¡No lo sé! ¡Acabo de hacérmelo… tengo… tenemos que esperar 5 minutos.

Pedro: ¡Ah! ¿Cuánto falta?- Reí, no era la única a la que 5 minutos le parecían eternos.

Paula: 3- 4 ¡No sé! –Le dije nerviosa.

Pedro: ¿Por qué no me dijiste? ¿Qué pasó? ¿Estás bien? – Su tono era una especie de reproche envuelta con una dulzura que solo él podía lograr.

Paula: No quería ilusionarte… -Le dije agachando mi mirada- Solo ayer se me revolvió el estómago y… tengo 2 días de atraso- Volvió a sonreír y me abrazó- Pero ¡No sé! No creo… tal vez sea solo sugestión.-Y por más que no quisiera ilusionarlo no iba a lograrlo.


     Nos quedamos así, abrazados… en silencio hasta que se cumplía el tiempo.

Pedro: ¡Vamos juntos! –Lo miré y asentí no muy convencida y entramos al baño.

Paula: 2 rayitas positivo, 1 negativo-Le informé.

Pedro: ¡Ok! ¡Fácil! ¡Entendí! –Me dijo nervioso, pude notar que su mano sujeta a la mía temblaba y suspiré.


    Me acerqué hasta el vanitory donde había dejado reposar el Test. Lo observé, mientras que mi novio se paraba detrás mío para mirar también… Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas y lo sentí abrazarme…


Cuenta Pedro…


     Nunca pensé que iba a ponerme tan nervioso en un momento así. Hace 5 minutos estaba dormido y ahora estaba a la expectativa por saber el resultado de ese test, que sin dudas, si diera positivo, le daría un giro a nuestras vidas.

    Entramos juntos y nos acercamos hasta donde mi novia había dejado la prueba de embarazo. Al ver el resultado sentí la necesidad de abrazarla… La di vuelta y vi que sus ojos estaban llenos de lágrimas y no pude evitar dejar escapar las mías también.




     Hola!!! Cómo están??? Y qué dicen ustedes 1 rayita o 2 rayitas??? Lo sabremos en el capítulo del año que viene! :P y sí ya sé! he hecho mi última maldad del año!

     Espero que les haya gustado y quiero informarles algo: Mi idea era terminar la novela antes que empiece febrero, pero realmente tendría que acelerar varias cosas y no sé si voy a llegar a terminarla en ese tiempo como a mí me gustaría. Ya que no quiero cambiar lo que tengo pensado solo por terminarla antes. Febrero por qué? Por una simple razón mi marido sale de vacaciones!!! Y ni sé si voy a estar en casa durante ese tiempo!

     Pero si no la termino, retomaré en marzo subiendo los 3 capítulos por semana como hasta ahora, si? Les pido paciencia y entiendo que es horrible esperar y más cuando he sido tan regular. Si puedo tal vez suba una vez por semana, yo aviso!

     Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también. Si es en el Blog mejor ;)


      Y Hoy no dejo adelanto porque sería decir mucho ;)


Que tengan Un Muy Buen Año 2014!!! Felicidades para todas/os.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Capítulo 118



Capítulo 118


Cuenta Paula…

    Ya eran las 4 de la tarde y estaba en la sala de espera de la Clínica esperando mi turno.

    Pepe ya estaba llegando. Lo había llamado para saber dónde estaba y me dijo que estaba estacionando, me relajé para esperarlo. Mi día había sido intenso, igual que me había contado que había sido el suyo. A la mañana tuve que ir a hacer unas fotos para una revista con nota incluida y después del mediodía ensayo de Video clip que bailaríamos el lunes, seguramente. Después de salir de acá debía ir a mi ensayo de Aqua, no podíamos perder un día ya que sería el próximo ritmo y aunque ya teníamos la coreo terminada, le faltaba ensayo. Así que todavía le quedaba mucho más a mi día.

     Lo vi llegar a Pedro que caminaba perdido por los pasillos hasta que me vio, con una sonrisa se acercó hasta mí, saludando a las atentas miradas que nos observaban en la sala de espera… Esperaba que no tuviéramos que salir a aclarar nada después de esto… ya veía notas en los portales ¿Paula Chaves embarazada? ¿Qué hacían juntos en una Clínica? Algo común en cualquier pareja… pero a veces parecía que salíamos de lo común.


Pedro: ¡Amor! ¡Te encontré! -Me saludó con un beso y se sentó a mi lado.

Paula: Hay poca gente… seguro soy la próxima.-Apenas terminé de decir eso y salió la paciente que estaba en el consultorio y segundos después salió la Doctora con una planilla en la mano…

Dra: Paula Chaves –Me levanté y mi novio lo hizo tras de mí, le sonreí y entramos al consultorio.


   Ingresamos y nos sentamos. La Dra. Comenzó a revisar mis estudios a la vez que iba anotando en mi historia clínica. Me hacía preguntas de rutina y luego me pesó, me tomó la presión, entre otros controles. Después me dijo…


Dra.: ¡Bueno! Está todo muy bien. Tus niveles en sangre se normalizaron, la anemia desapareció- Pedro y yo nos miramos y sonreímos- Tu peso está bien, sería perfecto 1 o 2 kilos más por tu altura… pero es aceptable considerando toda la exigencia del certamen… Tu presión bien, un poco baja pero con este calor y la humedad es lógico. Todos tus exámenes en general dieron perfecto -Estaba segura que darían bien, había cumplido todo lo que me pidieron al pie de la letra.-Has hecho las cosas bien-Levantó la vista hacía mi para felicitarme.

Paula: ¡Me cuidaron mucho!- Le confesé dedicándole una mirada tierna a mi novio que sonrió orgulloso. Es que era cierto, él se dedicó a cuidarme en todo momento… y cuando más lo necesitaba.

Dra.: ¡Eso está muy bien! Es bueno que nos cuiden- Nos guiñó el ojo y sonreímos.

Paula: ¿Entonces no más vitaminas?-Le pregunté ansiosa, y es que en realidad eran asquerosas deseaba dejar de tomarlas, no veía la hora.

Dra.: Vamos a ir bajándolas de a poco. Te voy a recetar otras más más leves para que tu cuerpo empiece a metabolizar solo ¿Sí? –Hablaba mientras escribía la receta y pude notar que Pedro se movía incómodo en la silla.

Pedro: ¿Puedo hacer una pregunta?-Dijo finalmente y lo miramos sorprendidas.

Dra.: ¡Sí! ¿Cómo no?-Dijo sonriendo.

Pedro: La última vez que Pau se hizo los estudios y salieron mal… con su anemia muy alta. El médico nos dijo que era un riesgo que ella se embarace en ese estado… -Dijo nervioso y al ver que la Dra. asentía siguió- Quisiera saber si… si ahora quisiéramos buscar un bebé ¿Esos riesgos ya no existen?-Abrí grande mis ojos… creo que también mi mandíbula había caído al suelo- Digo… ¿No correrían riesgos ni Pau ni el Bebé?-La Dra. sonrió.

Dra.: ¡No debería! Los valores son normales… tendría que  ir todo bien-Me miró- Igualmente deberías ir con una especialista en natalidad o proyección familiar… deberías tomar ácido fólico y tal vez algún otro complemento- Me removí en mi silla, incómoda, sin entender la actitud de mi novio… No era lo que habíamos hablado…


   La Dra. escribía recetas de derivaciones y me daba un montón de sugerencias que agradecía saber que estaba anotando, porque en realidad mi cabeza estaba en otro lado. No podía mirar a Pedro, sabía que él si lo estaba haciendo y me apretaba la mano para llamar mi atención, pero no era momento… no hasta que estemos solos y me explique qué fue todo esto.

   Una vez que finalizamos nos despedimos de la Dra. y salimos del consultorio. Una vez afuera me dijo.


Pedro: ¿Estás bien? –Asentí con mi cabeza sin mirarlo- ¿Vamos a sacar los turnos? - ¿Qué? No quería hacer esto ahora… no, sin hablar.

Paula: ¡Después vengo y los saco!- se quedó en silencio con el ceño fruncido al momento que iniciaba mi marcha hacia la salida, y empezó a caminar atrás mío.


    Caminamos hacia el auto en silencio y una vez que estuvimos adentro le dije…

Paula: ¿Me podés decir qué fue todo eso?-Lo miré fijo y suspiró.

Pedro: ¿Qué? ¿Estás así por eso? –Me miró confundido.

Paula: Es que no entiendo. Habíamos quedado en una cosa… ¿Y ahora? Hacés todas esas preguntas… -Agachó su cabeza y traté de bajar un cambio, no quería que esto sea una pelea y el tono de voz que estaba usando no era el ideal si quería evitarlo. Levantó su mirada de nuevo y me dijo.

Pedro: Es que… ya no estoy tan seguro de querer esperar-Tomó mi cara entre sus manos, y de golpe fue todo calma… sus ojos me transmitían eso.


   Pedro me contó todo la charla que tuvo con Gustavo… lo que despertó en él… sus miedos… a que nos pase algo igual a lo que les pasa a ellos y entendí todo.

Paula: ¡Ay, amor! Te entiendo…-Le dije acariciándole la cara- pero no tenés que ponerte mal… no tiene por qué pasarnos lo mismo…

Pedro: ¡Y sí, sí! Y si esperamos y esperamos, ¡Y cuando queramos buscarlo no llega!-Me dijo angustiado y sentí que moría de amor…- Pau, te amo, lo sabés y yo sé que me amás y no tengo dudas que vamos a estar el resto de nuestras vidas juntos ¿Por qué, no? Mientras, seguimos con nuestros planes y que Dios decida cuando sea el momento… no hagamos nada para evitarlo- Me dijo convencido… con seguridad.

    Sentía que mi corazón iba a salir de mi pecho. Me estaba pidiendo que tomásemos la decisión más importante de nuestras vidas… ahora. Sus ojos brillaban tanto… y sentía que mis lágrimas estaban escapando sin permiso, me sentía aturdida…

Pedro: ¡Amor! ¡Decime algo por favor!- Me rogó y no podía decirle nada… simplemente me aferré a su nuca y lo besé con todo el amor que podía transmitirle… con toda la paz que necesitaba… Nos separamos y chocando nuestras frentes le dije.

Paula: ¡Me parece bien! Pero no tengas miedo que estoy segura que vamos a poder hacer todos nuestros sueños realidad- Una sonrisa se dibujó en su rostro… agradecido y me abrazó fuerte, volviendo a besarme.



Cuenta Pedro…


    Domingo 9 AM. Era un crimen levantarme un domingo a esta hora, pero era mi cumpleaños… nuestro cumpleaños y debíamos partir a Mármol

    Paula ya se había levantado y se estaba bañando y todavía no me había saludado. Me levanté rápido y busqué mi regalo para ella que estaba en el bolso que llevaba todos los días a grabar y lo puse en mi mochila junto con la ropa que había preparado por si se armaba algún partidito de futbol, por suerte el día estaba ideal para ello.

    Estaba ansioso por ver la cara de mi novia cuando lo abra. Justo escuché que la puerta del baño se abría y volví corriendo a la cama, haciéndome el dormido.

     La escuché entrar y luego sentí sus besos por toda mi cara.

Paula: ¡Gordo! ¡Amor! ¡Despertate! –Hice un movimiento rápido y quedé encima de ella que sonrió y volvió a besarme- ¡Buen día! ¡Feliz cumpleaños!

Pedro: ¡Buen día! ¡Gracias! – Y me dediqué a llenarla de besos, los que fueron bajando por su cuello, la sentí estremecerse y luego se separó.

Paula: No podemos seguir esto… pero te prometo que cuando volvamos te cumplo ¿Sí? –La miré triste probando a ver si la convencía pero sabía que iba a ser en vano- Ahora estamos complicados.- Se escabulló de abajo mío y sacó algo del ropero…- ¡Tomá acá está mi regalo!- Me dijo con una sonrisa dejando otro beso en mis labios. No sabía qué podía ser, la caja era bastante grande y me dispuse a resolver el misterio.

Pedro: ¡La Play 3! ¡No! ¡Amor, te pasate! – La llené de besos, mientras ella reía.

Paula: ¡La verdad que sí! Cómo debe ser que te amo que sé que este regalo es como que te haya dado cita con una amante… Ahora te voy a tener que compartir con ella –Reímos juntos y nos mimamos mientras nos preparábamos para irnos.



Cuenta Paula…

    No podía estar saliendo todo más perfecto. La casa de Horacio se había llenado de gente: amigos de Pedro de siempre, los cuales algunos conocía y otros no, los que mi novio me presentó uno por uno. Sus tíos, primos, obviamente sus hermanos y sus respectivas familias. También compañeros  y amigos de Ideas y de los que había hecho ahora. Gustavo había venido con Xime, su mujer y Eugenia con su novio. Ambas se habían integrado increíblemente. Eugenia, en especial, era tal como me la había descripto Zaira, simpática y buena onda, no una zorra roba-novios que mi cabeza estaba empecinada a pensar. Al principio me sentía un poco incómoda con ella, pero bastaron 5 minutos para que todos los miedos y fantasmas desaparezcan. Creo que era la intención de mi novio y sonreí pensando que seguramente sabía que esto iba a pasarme.

    De mi parte vinieron Zai, que llegó con Hernán, aunque parecía que no estaban muy bien entre ellos, hace tiempo que vienen trastabillando, pero hasta ahora no tuve tiempo de sentarme a hablar con mi amiga al respeto, cara a cara. Pedro también lo había notado y esperaba poder hacer lo mismo con su amigo, aunque en temas de pareja es difícil involucrarse.

   Gege y Sochi vinieron sin sus parejas, pero esta última si trajo a su nena que se integró rápidamente al resto de los chicos. Vanesa había venido con Rodrigo, su marido que había sido el couch de Pedro el año pasado y se llevaban más que bien. También vino Pablo con su nene otro que se integró al grupo de menores. Y por último llegaron Inés con Cristián que enseguida comenzó a hablar con todos, Cristián jamás había tenido problema para eso.

    Y sí, el almuerzo fue multitudinario. Nunca había estado en una reunión familiar tan concurrida. Mi familia siempre había sido pequeña… muy pequeña… y de repente todo esto era increíble. Todo era buena onda y risas.

   Pedro se sentó al lado mío en el almuerzo y si bien no habíamos tenido tiempo de estar juntos por atender a tantos invitados, y yo, en especial por preparar, junto a mis cuñadas, todo. Siempre estábamos pendientes del otro.

    Lo veía a él también tan feliz, no dejaba de hacer chistes y bromas, a la vez que no dejaba de acariciarme… Desde el viernes en que decidimos que dejaríamos de cuidarnos era como si viviéramos todo de otra manera. Ese día mismo volví a entrar a la recepción para sacar los turnos que me derivó la Dra. , tanto la especialista y mi ginecóloga, tenía ambos para la próxima semana, por lo tanto deberíamos esperar unos días más.

     La ilusión de un hijo… un fruto puro de nuestro amor, me llenaba por completo… y a la vez me daba un poco de miedo. Pero creo que debía ser lógico en cada mujer que toma esta decisión. Pero sabíamos lo que queríamos, como sabía que sea lo que tengamos que aprender o vivir lo haríamos juntos.

   Ya a la tarde nos dividimos en bandos: Los adultos, Horacio, los tíos de Pedro e Inés, por un lado conversando en el quincho. Los hombres jugando al futbol en el enorme patio de la casa. Los más pequeños correteaban por todos lados. Y nosotras, las mujeres, conversando de todo mientras tomábamos sol al costado de la pileta entre mate y mate. Era como si nos conociésemos de siempre.

    Desde donde estábamos sentadas podíamos ver a los futbolistas. Mi novio después de convertir un gol y dedicármelo abandonó la cancha y haciéndole señas a sus compañeros de ello y se acercó hasta donde estábamos.


Pedro: ¡Disculpen! ¿Les puedo robar la cumpleañera unos minutos?- Lo miré a mi novio sorprendida, al tiempo que todas, en especial sus hermanas lo burlaban. Me tendió la mano, la cual tomé para ayudar a levantarme de la reposera en donde estaba sentada, sin hacer caso a las burlas.


    Fuimos tomados de las manos lo suficientemente lejos como para que nadie pudiera oírnos pero aun estábamos a la vista de todos…


Cuenta Pedro…


    No quería esperar más. Abandoné la cancha y fui a buscar a mi novia. Quería ver su cara cuando vea lo que tenía para ella, ahora. La aparté hasta un rincón en donde había dejado mi mochila y sin que ella lo viera lo escondí entre mi ropa.


Paula: ¿Qué es todo esto? –Me dijo divertida y yo me acerqué hasta ella, tomando ambas manos con las mías. Su cara pasó de divertida a nerviosa y sorprendida de un segundo a otro.

Pedro: Pensaba darte este regalo más adelante pero me pareció más conveniente que sea ahora…-Su cara pasó a ser de confusión, tal vez “conveniente” no era un término que ella esperase escuchar.


Cuenta Paula…


     Si hay algo que no soportaba eran las cosas imprevistas… las sorpresas. No entendía que hacía Pedro y eso me estaba alterando… Por un momento mi imaginación voló muy alto y cayó en picada con la palabra “Conveniente”, no era algo muy romántico… así que descarté la idea aún más confundida.

    Soltó una de mis manos y sacó entre su ropa algo, parecía ser un sobre.


Pedro: ¡Feliz cumpleaños! –Me dijo entregándome el sobre, lo agarré sin pensar, al tiempo que ya lo estaba abriendo, lo vi sonreír ante mi reacción.


    Eran 2 pasajes abiertos a España, más precisamente Madrid.


Pedro: Pensaba dártelo para navidad… -Me dijo al tiempo que me miraba a los ojos- pero como mi idea era que vayamos a pasar fin de año allá, creo que debías arreglar todos tus compromisos para poder liberarte tranquila…-Me dijo y yo empecé a llorar de alegría, él tomó con sus manos mi cara y me miró con esos ojos que me transportaban a otro mundo- Amor, sé que morís por estar cuando nazca Benja, por eso quería que vayamos para esa fecha… que puedas estar ahí con ellos… Juampi y Cami ya lo saben y quieren que nos quedemos allá con ellos- No pude evitar sonreír… Juampi lo sabía y no me dijo nada anoche cuando lloraba por teléfono diciéndole que lo extrañaba.-Mi idea es quedarnos hasta febrero, eso lo decidimos luego. ¿Qué decís? –Sentía que iba a derretirme en sus brazos… amaba que esté haciendo esto.

Paula: ¡Gracias! –Le dije con hilo de voz y él sonrió- ¡Gracias, mi amor!-Y nos besamos a la vez que escuchamos como todos los invitados nos aplaudían y silbaban.

   Pensé que no había algo que pudiera hacer este día más perfecto… pero me equivoqué… él puede hacerlo aún más perfecto… Nos separamos y chocamos nuestras frentes y luego observamos cómo todos nos miraban expectantes. Volví mi mirada hacía él.

Paula: ¡Gracias por hacerme tan feliz! –Una sonrisa orgullosa se dibujó en sus labios.

Pedro: Es mi misión en esta vida- Me dijo sincero y yo volví a besarlo. Sin importarme nada más…


  

    Hola!!! Cómo están??? Y bueno! Parece que vamos a terminar el año entre corazones y flores! Espero que les haya gustado este capítulo extra large! De a poco todo va tomando cauce… pero tranquilas que falta que pasen algunas cositas antes de ese viaje… que sin dudas va a ser muy especial.

   Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también. Si es en el Blog mejor ;)

   Les dejo el adelanto del capítulo que trataré de subir el martes! 



     La amaba y la conocía tanto que sabía que era lo que necesitaba. La había visto emocionarse con cada foto o palabra de Juampi y Camila por todo lo referido a Benja. Sabía también otras cosas que ella ignoraba y que no veía la hora que sepa. Sabía que cuando volviésemos de Europa todo iba a ser distinto… pero ella no podía saberlo… no,  todavía.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Capítulo 117



Capítulo 117

Cuenta Paula…


    Pasé por una confitería para comprar algo antes de ir a la casa de Inés. La había llamado anoche y quedé en que vendría hoy temprano, antes de arrancar mi día. Hoy después del mediodía me tocaba ensayo de aqua (que amaba aunque fuera cansador) y luego video clip que debía bailar el lunes.

   Llegué a destino y sentí ese escalofrío recorrerme como cada vez que llegaba a su casa. Ya había venido a verla varias veces desde que murió Julián y siempre me pasaba lo mismo.

   Toqué el timbre y enseguida vino a abrirme. Me saludó afectuosa como siempre y respondí de igual modo.



Paula: ¡Traje las masitas que te gustan!-Le dije entregándole el paquete.

Inés: ¡Gracias! ¡Qué lindo que lo recuerdes!- En realidad era imposible olvidarlo… eran las favoritas de su hijo también.


   El escalofrío volvió a atravesarme… lo sentía acá… en esta casa… Seguro él tampoco quería dejarla sola…

   Hablamos mucho de sus cosas, de las mías… hasta que decidí que era el momento de hacerle mi invitación.

Paula: El domingo festejamos el cumple de Pedro en Mármol, su casa. Y su familia quiso que festejemos el mío también… Sabés que no quise hacer nada ese día…-Sonrió con la mirada triste.

Inés: ¡Sí, lo recuerdo! –Suspiró y seguí.

Paula: ¡Quiero que estés ahí! Que vayas-Abrió sus ojos sorprendida.

Inés: ¿Qué? ¡Pau! Es la casa de la familia de tu novio ¡No tengo nada que ver ahí!-Me dijo convencida de que era así.

Paula: ¿Qué no tenés nada que ver? Inés, podía invitar a quién quiera y vos sabés lo que te aprecio. En serio, quiero que estés conmigo- Sonrió emocionada

Inés: ¿Y Pedro sabe que viniste a hacerme esta invitación?- Me preguntó incómoda.

Paula: ¡Sí! Y le encantaría que vayas. Ya te dije que lo del otro día no era con vos, sino conmigo-Sonrió incómoda. Había tenido que aclararle la reacción de Pedro ese día que la encontró en casa para nuestro cumple mes fallido- Voy a decirle a Cristián también. Por ahí vaya y si no, quiero que vayas igual-Casi sonaba como una orden y no le dejaba opción.

Inés: ¡Está bien! Dame por confirmada-Sonreí triunfante.


    Seguimos hablando con Inés hasta que el timbre nos interrumpió.


Inés: ¡Esperame un ratito que me fijo quién es!- Se levantó y se dirigió a la puerta de entrada que estaba a unos metros del estar donde decidimos sentarnos a conversar.


   Cuando abrió la puerta pude notar su cara de asombro y al segundo siguiente vi a Lina poner un pie adentro…


Lina: ¡Hola, Inés! Andaba por acá y decidí venir a verte-Le dijo saludándola con un beso. Inés recibió el saludo y fue, en ese momento, que Lina se percató de mi presencia.- ¡Paula!- Me miró sorprendida pero no con el fastidio de la primera vez que nos cruzamos en el hospital, ni todas las veces que nos habíamos cruzado.

  Fueron segundos incómodos. La miré a Inés y traté de dejarle en claro mi idea, ya habíamos hablado al respecto, esta era una buena oportunidad para aclarar las cosas con Lina.


Inés: ¡Voy a preparar otro té! Las dejo solas- Lina la miró confundida, al tiempo que esta cerraba la puerta- Creo que tienen que hablar.


   Nos miramos incómodas mientras veíamos a Inés abandonar la habitación. Caminó despacio hasta donde yo estaba sentada y le hice señas de que se siente, así lo hizo.


Paula: ¿Cómo estás?-Me salió preguntarle y levantó sus hombros.

Lina: ¡Estoy! –Sus ojos brillosos me miraban tristes… sinceros- Antes de morir… July me dijo que me acerque a vos… que hablemos… pero no sabía cómo. –Me confesó. Otro asunto pendiente… - No me animaba… Sé que estuve mal.

Paula: Es pasado Lina… -Traté de sacarle tensión, por un segundo volví a ver a la amiga que fue y que tanto había extrañado- Ya no tiene sentido que…

Lina: Es que… era tu amiga, Pau. Pero no podía seguir ocultando lo que sentía por él. Desde el primer día que lo vi me enamoré de Julián y traté de arrancar ese sentimiento cuando vi que no era para mí… que él se había enamorado de vos.-Agachó su cabeza al tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas- pensé que lo había logrado, pero no. Cuando te fuiste a España traté de acercarme más a él… de encontrar la manera de que me vea como otra cosa más que como amiga. –Lloraba y no pude evitar hacerlo yo también, se estaba confesando conmigo… y dolía- A veces me preguntaba por vos y a mí me partía en mil pedazos, y tuve que confesarle lo que sentía por él y dejó de hacerlo, me aclaró que no sentía lo mismo por mí… que solo me quería como amiga. Lo sabía pero escucharlo era doblemente doloroso. Después de 6 años pensé que había una oportunidad, que el tiempo había jugado a mi favor, que por fin podíamos ser algo más que amigos, y me aferré a esa ilusión… estuvimos juntos un par de veces y confiaba en que podía enamorarlo, estaba dispuesta a esperar… a ser paciente… pero después apareciste vos y lo poco que había conseguido se esfumó, ya no tenía chances… -Me miró a los ojos que transmitían todo el dolor que decía- Te odié ese día cuando volví de mi viaje y te encontré con él. Te odié porque tenías lo que yo no iba a tener nunca… Su amor-Dijo rompiendo en llanto y no sabía qué decirle, me sentía culpable y a la vez estaba tranquila de que no hice nada queriendo lastimar a nadie.

Paula: ¡Te entiendo Lina! El amor que sentías… que sentís por él es muy fuerte y una a veces hace locuras por amor- Me escuchaba atenta- Yo pensé que teníamos otra oportunidad después de tantos años pero cuando Pedro se cruzó en mi camino, olvidé todo, nada de lo que sentía por Julián podía cambiar mis sentimientos por Pedro…

Lina: ¡Solo que tuviste suerte! Él sí te ama… lo sé… lo veo en sus ojos… en los tuyos… yo no corrí con la misma suerte-Suspiré. –Sé que no es tu culpa… solo que estuve tanto tiempo esperando que me mire de alguna manera especial… y ahora que ya no está no sé qué hacer… Solamente quiero que me vuelva a mirar... como sea… ¡Lo extraño tanto! –Me dijo entre lágrimas y yo me acerqué para abrazarla, necesitaba hacerlo…

   Esa tarde hablamos mucho… no sabía si algún día íbamos a volver a tener un vínculo de amistad, pero creo que ya habíamos entendido que el amor nos había jugado una mala pasada… ya no sentía que hubiera rencores entre nosotras y deseaba que ella algún día pueda olvidarlo y encontrar a alguien que cure tantas heridas… que la haga feliz… 

    Inés se integró a nosotras y terminamos las 3 hablando de cualquier cosa, como si el tiempo no hubiese pasado, y recordaba esas tardes que veníamos con Lina y otros amigos a meternos en la pileta de esta casa, Inés siempre nos recibía con una sonrisa y nos malcriaba y así como ahora se sentaba a hablar con nosotras.

    Después de un rato partí a cumplir con mis tareas laborales sintiéndome feliz de haber conseguido lo que quería, que Inés acepte ir, y mucho más…



Al otro día…


Cuenta Pedro…


   Día viernes. Mi día de grabación había sido terrible. Muchos exteriores y el clima era insoportable, el calor y la humedad no habían sido un buen combo, y solo esperaba que no llueva el domingo.

    Llegamos a los estudios para poder terminar de grabar lo que me quedaba para que me pudieran liberar temprano. A las 4 tenía que estar en el consultorio con Paula y tenía a mi favor que quedaba cerca.

    Gustavo, Adrián y yo habíamos terminado de grabar una escena y debíamos esperar par poder grabar la última para mí.



Gustavo: ¿¡Hoy te vas temprano!? –Me preguntó divertido.

Pedro: Sí, tengo que acompañar a Pau al médico-Abrió sus ojos sorprendido.

Gustavo: ¡No me digas que…! –Me dijo y yo me atajé.

Pedro: ¡No, no! Es solo un control nada más…-Le dije sonriendo y leyendo lo que su cabeza había pensado.

Gustavo: ¡Uf! ¡Qué pena! Me hubiese ganado unos lindos billetes por la primicia-Se quejó y yo reí.

Pedro: ¡Qué ventajero! No, todavía no. Queremos esperar un poco… buscar algo de los 2… casarnos…Estamos hace poco, pero ganas no faltan-Le conté a mi amigo los planes que teníamos con Pau, los que habíamos hablado hace solo unos días…



Flash back…


   La tenía que dejar a Paula en el laboratorio para que pueda hacerse los estudios que había acordado hacerse a los 3 meses para controlar su anemia. Sin desayunar estábamos preparándonos para irnos.


Paula: ¿Por qué será que cuando una tiene que estar en ayunas muere de hambre?-Me dijo y yo la abracé y le di un beso.

Pedro: Amor, si los estudios dan bien, como creo que van a salir… -Ella sonrió y nos miramos fijo a los ojos- ¿Qué vamos a hacer? Digo… por lo que habíamos hablado.-Ella sonrió.

Paula: Me parece que deberíamos ir paso a paso, ¿No? –Asentí- Buscar una casa, casarnos ¿Por qué supongo que lo tendrás en tus planes, no?- Volví a asentir y amé la presión que me metía… pero yo ya tenía todo pensado… -y después ahí buscamos. ¿Qué decís?

Pedro: Me encantan tus planes-La besé y ella se corrió.

Paula: ¡Ey! ¿Mis planes? Vos me preguntaste, yo te dije lo que me parecía, somos 2, ¡Deberíamos desear lo mismo!-Me increpó.

Pedro: ¡No me ataques! Me encantan porque deseo lo mismo, paso a paso, lo importante es que estamos juntos, crecemos y aprendemos todos los días, ¿no? Cuando sea el momento lo buscamos, yo sé que tanto como yo, deseamos lo mismo, el resto, es tiempo.

Paula: ¡Sí! Todo llega- Asentí sonriendo y la besé, sabiendo que ese tiempo estaba más cerca de lo que ella pensaba…


Fin del Flash back


Gustavo: ¡Te entiendo! Con la negra hace 13 años que estamos juntos, y también pensábamos como ustedes. Que la casa, que luego la boda, que el trabajo y que esto o lo otro y siempre lo postergábamos. Pero cuando decidimos buscarlo nos dimos cuenta el tiempo que perdimos....-Me confesaba angustiado, siempre me había parecido raro que no hayan tenido hijos, era una pareja consolidada que se había conocido en un reality y no se separaron nunca más- Hace 6 años que estamos buscando… haciendo todo tipo de tratamientos-Suspiró- Es muy frustrante vivir todos los meses expectantes y que no suceda lo que uno tanto anhela… las crisis… y sumado que ya no somos los pendejos que éramos cuando nos conocimos… ¡Todo es doblemente complicado ahora! –Entendí lo que con su realidad trataba de transmitirme, como un consejo… Y un miedo profundo se hizo presente ¿Y si no pudiésemos tener hijos? ¿Y sí nos tocaba vivir algo como lo que vivían ellos?

Pedro: ¡Es una pena! No lo sabía… no sabía todo lo que me contás…-Lo palmeé en la espalda al verlo emocionado… dolido… como si descargar todo conmigo lo hubiera agotado- ¡Pero no hay que perder las esperanzas- Forzó una sonrisa en agradecimiento.

Gustavo: ¡No soy quién para darte consejos… Pero si tienen ganas no lo posterguen…-Lo único que pude hacer fue suspirar…




    Hola!!! Cómo están??? Muchas cosas en este capítulo Inés-Paula, Paula-Lina, (Que son parte las historias que necesito que vayan cerrando, y una de las dos es fundamental en el futuro de la novela!!! ;) obvio que no le voy a decir cual! Gustavo-Pedro, muchas charlas que espero les hayan gustado en especial esta última! Será que Gustavo habrá convencido a Pedro de alterar los planes a futuro que habían acordado con Pau??? mmmm veremos en el siguiente es la visita con el médico y pasan cosas y también el cumpleaños de ambos que… que mejor espero a que lo lean!!! ;)

   No dejo adelanto porque no llegué a pasar lo que tengo escrito y no me quiero atrasar! Voy a tratar de subir como siempre, o sea el sábado!!!

    Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también. Si es en el Blog mejor ;)









martes, 24 de diciembre de 2013

Capítulo 116



Capítulo 116


Cuenta Pedro…


    Día miércoles. Este domingo festejábamos nuestros cumpleaños. Entre mi papá y mis hermanas ya tenían todo organizado. Por más que Paula haya insistido en cooperar en algo fue en vano. Mi papá se ofendía cada vez que le decíamos que queríamos correr con los gastos. Él solo nos decía que nos ocúpesenos de la gente que queríamos que vayan y que le avisemos la cantidad, y eso es lo que decidimos hacer, era en vano seguir insistiéndole a mi padre.

    Con Paula todo había vuelto a hacer como antes. Desde ese día que hablamos, que fue a buscarme a Mármol estábamos más unidos que nunca, o tal vez ahora valoramos más cada segundo que pasamos juntos. Y aunque por lo laboral no podemos vernos tanto como quisiéramos aunque sea dormíamos todas las noches juntos, eso no se negociaba.

    En cuanto a lo laboral, estaba a full con las grabaciones de Buenos… La semana que viene comenzábamos a grabar el insipiente y tan esperado romance entre el personaje de Euge y el mío. Eso me generaba muchos nervios. Por suerte con ella nos llevamos genial y ya tiene experiencia, eso me deja más tranquilo. La que no estaba tan tranquila con el tema es Paula que está más interesada que nunca en las grabaciones y por más que lo niegue se notaba que le costaba digerir la situación… No la juzgo, todo lo contrario, la entiendo. Yo en su lugar estaría rasguñando las paredes. Los dos somos muy celosos y posesivos, pero de esto vivimos y tenemos que aprender a tolerarlo. Por eso trato de que vea que no hay nada raro.

   Tanto con Euge, como con Lucas, (Su novio, el cual veía casi todos los días cuando iba a buscarla) y con Gus pegamos onda increíblemente. Tanto así que los invité a los 3 para que vayan el domingo a Mármol, lo hice sin consultárselo a Pau, pero no veía que pudiera molestarle y sería una buena oportunidad para que ella vea cómo son las cosas, sacarle todo miedo o duda que pueda llegar a tener. Con el sí de los chicos, que aceptaron ansiosos ir. Vería la manera en que se lo notifico a mi novia.

    Paula seguía firme en el Bailando, con triple ensayo ya que debía preparar el Aquadance, anoche había bailado Árabe, que por suerte le salió muy bien y tenía que ensayar el siguiente que era Video clip. Y si, el ritmo a estas alturas que bailaba todas las semanas era agobiante ¡Si lo habré sufrido! Pero por suerte le gusta y no lo sufre como lo sufrí yo, pero si la agota.

   También seguía con sus otros trabajos y campañas de siempre. Aunque la prioridad era el certamen. La veía feliz con lo que hacía y lo que la gente nos devolvía era increíble. Las muestras de afecto nos hacían estar seguros de que tomábamos las decisiones correctas.

    La prensa siempre nos seguía y era difícil que fuéramos a algún lado sin que seamos fotografiados, y más cuando íbamos a algún evento, pero no nos preocupaba, ya estábamos acostumbrados y no teníamos nada que esconder, sino todo lo contrario. Gritábamos nuestro amor a los 4 vientos, sin importarnos nada. Estábamos tan ebrios el uno por el otro que me sentía feliz demostrándoselo todo el tiempo.


    Ya de noche, cuando terminé la última escena del día. Me dirigí hasta el departamento de mi novia. Apenas entré con mis llaves la vi venir corriendo a saludarme.


Paula: ¡Hola, amor!-Me dijo al tiempo que se colgaba de mi cuello llenándome de besos y enredando sus kilométricas piernas en mi cintura sin previo aviso y haciendo que retroceda teniendo que sostenerme en la puerta, que apenas tuve tiempo de cerrar, para que no caigamos en el suelo.

Pedro: ¡Hola! ¡Qué lindo que me recibas así! –Le dije cuando me soltó para que tome un poco de aire.- ¡Cuánta efusividad!-Le dije divertido al tiempo que ella desenredaba sus piernas.

Paula: ¡Es que te extrañaba mucho! ¿Te molesta? –Me dijo cruzándose de brazos y mirándome ofendida.

Pedro: ¡No, no! -Me atajé y la besé antes de que sea tarde y termine enojándose en serio.


    Después de cenar mientras la ayudaba a ordenar un poco. Estaba de espaldas lavando lo que habíamos usado hasta que dice…


Paula: ¡Gordo! Tenía ganas de invitarla a Inés para el domingo-Me dijo insegura, sin darse vuelta.

Pedro: ¡Qué bueno! ¡Ojalá que vaya!-Le dije sincero. Sabía el afecto que se tenían, no veía por qué no.

Paula: ¿No te molesta que la invite? –La miré sorprendido ante su duda y la tomé de la mano para que se dé vuelta y me mire.

Pedro: ¿Por qué va a molestarme? Yo sé lo que aprecías a esa mujer. Me encanta que la sigas viendo. Se nota que ella te quiere también- Ella sonrió ante mis palabras.

Paula: ¡Gracias, amor! ¡Sos lo más! –Me dijo desenredando sus manos que tenía sujetas en las mías para tomar mi cara y besarme- Mañana voy a verla y la invito ¡Ojalá vaya! También pensaba invitar a Cristián ¿Te acordás de él?-Lo había visto en el velatorio y sabía quién era, quién había sido para Julián.

Pedro: Me parece bien. Esta bueno que no pierdas el vínculo con ellos- Le dije sincero, sabía que Paula los quería y más este último tiempo en el que se unieron más con todo lo que tuvieron que vivir. Aproveché que estábamos hablando de los cumples y le dije- Ya que estamos hablando de los invitados al cumple, les dije a Gus, a Euge y a Lucas, el novio para que vayan- La cara de Paula se transformó, era obvio que le molestaba aunque quisiera disimular.

Paula: ¡Ah! ¿Van a ir? –Me dijo tratando de sonar relajada.

Pedro: mmm ¡Me dijeron que sí! –Le dije tratando de descifrar las cosas que pasaban por su cabeza.

Paula: ¡Qué bueno! –Se dio vuelta para seguir con lo que estaba haciendo y la abracé por la espalda.

Pedro: ¡Sos pésima mintiendo! –La escuché reír y volvió a darse vuelta en mis brazos.

Paula: ¡Me tomaste por sorpresa! ¡Perdón! –La oí decir relajada- No hay problema ¡En serio! ¡Está todo b…- Y la besé sin dejarla terminar de hablar. Sabía que después que conozca a los chicos, en especial a Euge todos sus miedos e inseguridades iban a desaparecer. Ahora solo necesitaba demostrarle cuanto la amo y que nada, ni nadie iba a cambiar eso…



Cuenta Paula…



    Amanecimos como todas las mañanas, entre semana, muy temprano, para que él pueda llegar a horario a las grabaciones. Amaba esa media hora que teníamos para desayunar juntos. Sin ella era como que me costaba arrancar el día que, para mí, empezaba un poco más tarde… laboralmente hablando, ya que siempre tenía mil cosas que hacer en casa.

    Mientras preparaba el café con leche para ambos lo veo salir de bañarse como hacía todas las mañanas mientras yo lo esperaba con el desayuno. Vestía unos jeans azules, tenía el torso desnudo y peleaba con una toalla para secarse el pelo. Yo lo miraba mientras servía la infusión en las tazas, distraída haciendo que vuelque un poco en la mesa y en mis manos.


Pedro: ¡Amor! ¿Te quemaste?-Me dijo preocupado y ya lo tenía al lado mío inspeccionando mi mano, la cual yo sacudía, dolía pero no era grave.

Paula: ¡No, gordo! Estoy bien ¡Solo que me distraes! –Le dije sin filtro, mirándolo de arriba abajo y él se rió agrandándose y empezó a hacerme bromas de todo tipo.

Pedro: ¡Bueno! La próxima me cambio en el baño así no provoco otro accidente.-Y no podía más que llenarlo de besos, víctima de mis palabras.

Paula: ¡Tengo torta de chocolate que me regalaron las chicas que fueron a verme la otra noche! ¿Querés?-Mientras cortaba una porción.

Pedro: ¡No, amor! No tengo tanta hambre-Me dijo mientras bebía su café.

Paula: ¡Dale! ¡No quiero comer sola! –Le dije tratando de convencerlo.

Pedro: ¡Bueno! Un pedacito y solo porque amo que te alimentes bien- Sonreí triunfante.

Paula: Lo sé- Le dije dándole un bocado en la boca.

Pedro: No me olvidé que mañana tenés médico- Lo miré sorprendida- ¿A qué hora? Voy a acompañarte.

Paula: ¡No, gordo! No hace falta. Es solo para entregar los análisis que me hice el otro día. No quiero que pidas el día de nuevo por mí.-Era cierto, no tenía sentido que me acompañe y menos cuando estaba a full con las grabaciones, y más un viernes.

Pedro: Ya arreglé con el director. Si te digo que voy es porque quiero y puedo… -Me dijo molesto y mi intención no era esa, en absoluto.

Paula: Pero…

Pedro: ¿Qué pasa Pau? –Me interrumpió antes de que pudiera decir nada- Ya te había dicho el otro día que quería ir… ¿Qué? ¿No querés que vaya? –Suspiré iba a ser en vano pelear esta batalla.

Paula: Nada, No es eso… solo que no quería complicarte… nada más- Le dije agachando mi cabeza en señal de derrota, cuando lo siento acercar su silla a la mía y abrazarme.

Pedro: ¡Perdón, gorda! No sé porque te hable así-me dijo levantándome la cara con sus manos- Es que… solo quiero cuidarte, no quería ponerte mal. –Asentí al tiempo que mis ojos se llenaban de lágrimas, y es que a veces era tan sobreprotector que me hacía sentir una nena irresponsable.- ¡No, no llores! –Me abrazó fuerte ¡No, amor! No llores por favor ¡Perdoname!

Paula: ¡Estoy bien! Solo que a veces te ponés terrible y me hacés sentir una nena y yo también sé cuidarme sola… -Me miró asintiendo lo que decía- Y no lo malinterpretes, ¡Amo que me cuides! Nadie me cuidó tanto en mi vida.- Sonrió aunque veía que estaba triste. - ¡Te amo, mi vida! –Le dije volviendo a abrazarlo.

Pedro: ¡Y yo más! –Me dijo mirándome a los ojos y me senté encima suyo para unir mis labios con los suyos.


    Lo que menos quería es que mi mañana arranque con una pelea. Y menos con algo así. Ya me lo dijo una vez, él no sabe amarme de otra manera y yo me enamoré de él siendo lo que es. ¿Por qué debería cambiarlo? Amo que me cuide solo que me da culpa que deje sus cosas de lado por mí, pero creo que es algo de lo que voy a tener que acostumbrarme.

    Me separé de sus labios y apoyé mi frente con la suya, para mirarlo a los ojos de nuevo.



Paula: ¡Quiero que me acompañes a donde sea! Solo no quiero complicarte ¿Sí? No te enrosques con lo que te dije. Si me tratás como una nena es porque a veces actúo como tal –Reconocí y sonrió, y yo morí con su sonrisa- ¡Vos también actuás como un nene! Y seguro que yo también soy un poco así con vos.-Asintió divertido- Yo también amo cuidarte… ¡Tal vez esa sea nuestra misión en la vida! –Le dije a la vez que me emocionaba y sus ojos también brillaban.

Pedro: De eso no tengo duda… La misión de cuidarte… -Me besó- Amarte…-Me dio otro beso- y respetarte el resto de mi vida. –Nos fundimos en un beso que podría haber sido eterno sino hubiese sido que ya era hora de que debía partir. Solo sobrevolaba amor y más amor… y un pacto que sabía que íbamos a cumplir…





   Hola!!! Cómo están??? Pensaban que se venía pelea de nuevo? No, son simples roces típicos de la semi-convivencia! ;) Espero que les haya gustado.

    Primero, gracias por todos los comentarios de los capítulos anteriores! Feliz de que guste! Segundo, ya tengo que ir cerrando historias, sí, todo tiene un final y no sé calcular cuántos capítulos me llevará lo que tengo pensado… ya entenderán a medida que sigan leyendo! Tercero y último que tengan una hermosa noche buena y una Feliz Navidad!!! Tomen este capítulo como un regalo ;)



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    Les dejo el adelanto para el próximo capítulo que trataré de subir el jueves… no lo prometo.






Inés: ¿Qué? ¡Pau! Es la casa de la familia de tu novio ¡No tengo nada que ver ahí!-Me dijo convencida de que era así.

Paula: ¿Qué no tenés nada que ver? Inés, podía invitar a quién quiera y vos sabés lo que te aprecio. En serio quiero que estés conmigo- Sonrió emocionada

sábado, 21 de diciembre de 2013

Capítulo 115

   


Capítulo 115


  Nos amamos con necesidad. Solo porque queríamos expresar con nuestros cuerpos lo que querían nuestras almas, fundirse… eternamente.

   Volvimos a ser uno… sintiéndolo tan mío y yo tan suya… Era como si hubiese vuelto a la vida… no podía sentirme más feliz… él me hacía feliz.


Cuenta Pedro


    No podía creer que esté acá ¿Acá? ¿Con Paula? Mi cabeza se partía en 2 y recién recordaba cómo había llegado a este cuarto…

   Recordé lo doloroso que fue ver que nada había cambiado… una noche que no fue, ni sería especial, la desilusión de saber que todavía debería esperar y lo peor es que no tenía idea de cuánto… ¿Y es que ella no me veía?

   Tomé todo lo que encontré en la heladera cuando llegué a mi casa y aun así no me parecía suficiente para que mi cabeza me dejara en paz, necesitaba irme, salir de ahí. Sabía que no iba a poder dormir y lamenté no haber solo tomado una de mis pastillas e ir a la cama. Pero no quería mezclar, había tomado mucho y tenía miedo  de que me haga mal.

   Sin pensarlo más tomé mis llaves y volví a salir del departamento y me vine hasta acá. Mi casa… mi refugio. Había olvidado las 2 horas y media de viaje, y a la mitad tuve que detenerme porque mis náuseas eran insoportables. Otras veces había tomado mucho más pero nunca me había hecho tan mal como ahora. Tal vez porque tomé todo de golpe, o porque no había comido nada antes o porque estaba angustiado… No sé. Por suerte pude seguir mi camino que se hacía eterno. El sueño venía a mí y tuve que poner música a todo lo que daba para no dormirme… para no pensar… No entendía, estaba ¿Dolido? ¿Enojado? ¿Con ella o conmigo? Ya no lo sabía.

    Llegué y estacioné en frente de mi casa y suspiré ¡Por fin! Bajé y parecía que no había nadie. Busqué entre mis llaves la copia que mi papá me insistió en conservar y que ahora agradecía y entré. Corroboré que mi viejo no estaba, solo los perros me ladraron hasta que me reconocieron y me fui directamente al que era mi cuarto y hasta ahí no recuerdo más… ni tampoco creía que haya mucho más por recordar…

    Y ella estaba acá… mirándome y no entendía ¿Para qué? ¿Por qué?

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    Después de amarnos como tanto extrañaba permanecimos acostados… abrazados y llenándonos de mimos. La sonrisa en su rostro iluminaba mi habitación más que el sol que entraba por las rendijas de la ventana. Estaba tan hermosa así que no quería moverme ni salir de esta burbuja que nos tenía encapsulados. De golpe se puso seria y su sonrisa se borró.


Pedro: ¿Qué pasa? –Le pregunté, no quería un nada de respuesta, ya no. Ella tenía su cabeza apoyada en mi pecho y me observaba fijamente.

Paula: Vi todo lo que tomaste cuando fui a tu departamento ¿Cómo viajaste así?-Suspiré ¡Era eso!

Pedro: No me pareció que había tomado tanto, me sentía bien cuando salí.-Me rasqué la cabeza un poco incómodo ante la mirada juzgadora de mi novia-A mitad de camino me di cuenta de que había sido mucho, pero ya no podía volver-Le respondí mientras observaba que su cara no cambiaba.

Paula: Tomaste porque estabas mal conmigo, por cómo estaba dejando de lado nuestra relación… y saliste a la calle así ¿Sabés que pudo pasarte cualquier cosa?-Sus ojos se inundaron de lágrimas.

Pedro: ¡No! ¡No, mi amor! ¡No llores! No pasó nada. En serio no me sentía mal cuando salí. No pensaba que era una locura ni pensaba mandarme ninguna. Solo vine acá porque no quería estar solo, nena ¡Creeme! No quise hacer nada…-Y otra vez cometía el error de llenarla de miedos… de sembrarle la duda de que amenazara contra mí.

Paula: ¡No vuelvas a hacerlo! –Me ordenó y pensaba obedecer-¡Por favor! Prefiero mil veces que me grites, que te enojes o que no me hables pero no vuelvas a hacer estas cosas porque me aterran… Yo…-Se ahogaba hablando y a mí no me daban los brazos para contenerla, me sentía un estúpido por hacer que se ponga así por otra irresponsabilidad mía.- Me muero si te pasa algo…-Terminó de decirme, angustiada.

Pedro: ¡Basta, amor! ¡No sigas! ¡Perdón! -La llené de besos y de mimos. Quería sacarle esos miedos, no la quería ver así. De a poco fueron calmándola y la sentí relajarse de nuevo en mis brazos.


   El humo de la parrilla llegaba hasta la ventana de mi cuarto y entendimos que era hora de dar señales de vida. Mi familia estaba en casa y nosotros acá encerrados.


Pedro: ¡Amor! –Le dije rompiendo la paz que había vuelto.

Paula: ¡Ya sé! Tenemos que bajar- Sonreí y asentí- ¡Muero de hambre y encima con ese olor! –Ambos reímos.


    Nos vestimos entre besos y mimos. No podía ni quería soltarla. Si hubiese sido por mi nos hubiésemos quedado todo el día en mi cuarto. Pero debíamos hacer acto de presencia y, al igual que mi novia, yo también moría de hambre.

    Bajamos tomados de las manos y vimos que todos estaban afuera. El día estaba hermoso, primaveral, digno de fines de septiembre. Fuimos a encontrarnos con mi familia.

    Fran y Delfi fueron los primeros en vernos llegar y vinieron corriendo a saludarnos.


F y D: ¡Tíos! ¡Por fin!-Nos reclamaban indignados mientras Pau y yo reíamos y los abrazábamos.

Fran: ¡Mi mamá no me dejó ir a buscarte! Traje una pelota nueva para que juguemos-Me dijo y antes que pudiera responderle Luciana se acercaba a contener a sus hijos.

Luciana: ¿Qué te dije Fran? ¡Delfi vas a ahorcar a la tía Pau! –Miré a mi sobrina que abrazaba fuerte a Pau y ella lejos de oponer resistencia se dejaba abrazar.

F y D: ¡Ufa ma! ¡Qué mala!- Le reprocharon a su madre.

Paula: ¡Dejalos Lu, no molestan, todo lo contrario! –Mi hermana revoleó los ojos divertida y se acercó a saludarme, ya que con Pau ya se habían visto.

Luciana: ¡Papá está furioso con vos y yo también! –Me dijo y entendía por dónde venía- ¿Cómo vas a venirte de Capital como estabas? ¿Qué te tomaste?


   Tuve que escuchar los sermones de mi papá y de cada uno de mis hermanos (Menos de Caro y Fede que no estaban). Paula lejos de apoyarme se ponía de su lado y era una batalla perdida. No les alcanzaba ni el perdón, ni el no lo voy a hacer nunca más. Pero por suerte dejaron de torturarme a la hora de sentarnos a almorzar.


Sonia: ¡Tu cumple es dentro de dos semanas! ¡Y cae domingo! –Dijo y todos la miramos.

Luciana: ¡Sí! De eso estábamos hablando cuando bajaron.-Agregó animada y sabía que se tramaban.

Horacio: ¿Vas a venir a festejarlo acá?-Nos miramos con Pau y ella asintió con la mirada.

Pedro: ¡Ni había pensado en eso todavía! Pero sí ¡Encima domingo! ¡Qué bueno! –Toda mi vida festejé mi cumpleaños en esta casa y sabía que mi papá iba a insistir que siga haciéndolo.

Horacio: ¡Sí! ¡Qué bueno que vengan a festejarlo acá. Pero mi idea era otra también- Lo miré confundido y él dirigió su mirada a mi novia- Hace poco fue tu cumpleaños y por todo lo que estabas pasando lo dejaste pasar por alto- Recordaba que el día anterior al cumple de Pau fue el día que Julián había tenido el infarto, el cual ella presenció… esos días fueron terribles y obviamente no tenía ánimo de festejos- Eso en la familia Alfonso no se permite. Un año más es una bendición-Me emocionaba escuchar las palabras de mi mamá en boca de mi padre… Los ojos de Pau brillaban escuchándolo y entendía a donde iba.- Por eso queríamos preguntarte si querías festejarlo junto con Pepe ese día. Podés invitar a quién quieras ¡Esta es tu casa también!


   Paula dejó escapar unas lágrimas y Sonia que estaba a su lado le sostuvo la otra mano ya que yo ya tenía una en mi poder y le dijo.


Sonia: ¿Qué decís, Pau? ¿Aceptás?- Mi novia la miró y dijo.

Paula: ¡No sé qué decir! ¡Gracias! ¡Me encantaría! ¿A vos, gordo? –Me preguntó tierna y con esa cara le podría haber dicho que sí a cualquier cosa que me pidiese.

Pedro: ¿Me preguntás en serio? ¡Obvio, amor! ¡Lo festejamos juntos!


Cuenta Paula…


    Ya estaba por caer la noche y volvíamos a Capital. Pedro en su auto y yo en el de Sochi. ¡Otra no quedaba! No me quería despegar de él… Antes de emprender viaje me dijo…


Pedro: ¿Tu casa o la mía?- Era obvio, que al igual que yo no quería separarse. Sonreí y le dije.

Paula: mmm Tengo postre helado y chocolates que ni toqué… ¡Creo que en casa!-Le dije segura.

Pedro: ¡¿Querés seguir comiendo?! –Me dijo con cara de pánico.

Paula: ¿Quién te entiende? Si no como porque no como y si como te molesta-Le dije cargándolo y él se acercó para abrazarme.

Pedro: No dije nada, amo que te alimentes bien-Me besó y yo sentía que iba a derretirme en sus brazos.


    No me hubiese imaginado nunca todo lo que vivimos estas horas. No podía hacer otra cosa que sonreír como hace mucho no lo hacía y todo eso lo generaba él y ni hablar de su familia. Me hacían sentir tan bien y de en serio me sentía en familia, esa que ahora tenía tan lejos y que tanto extrañaba…

    No veía la hora de que fuéramos aunque sea unos días cuando nazca Benjamín. Mi sobrino nacería a fines de diciembre o principios de Enero y quería conocerlo, Juampi y Cami estaban más que ansiosos, vivían mandándome fotos de la panza, del cuarto y de cuanta cosa tuviera que ver con Benja y sabía que lo hacían para que me sienta un poquito más cerca cuando en realidad me sentía tal cual estaba, lejos… muy lejos.

    Pasé a dejar el auto en lo de Sochi que vivía a 10 minutos de casa, Pedro me dijo que pasaba a buscar algunas cosas y luego pasaba a buscarme. Mientras hablaba con mi amiga unos minutos me avisa que llegó para buscarme y me despedí de Sochi agradeciéndole de nuevo el préstamo.


    Llegamos a mi departamento y ni bien pusimos un pie adentro, mi novio me abrazó fuerte y me dio un beso de esos que sabe que me descolocan… que me dejan sin aliento. Cuando lo sentí separarse abrí mis ojos, lo vi sonreír y me dijo.


Pedro: ¡Te amo tanto! –Y yo me perdía en sus ojos, en sus labios… en él.

Paula: ¡Y yo! ¿Tenés idea de cuánto te amo?-Le dije y él volvió a sonreír.

Pedro: Quiero decirte algo… -Abrí mis ojos grandes y escuché- Ya que ayer no pude, primero, Felices 3 Meses de novios-Me besó y siguió hablando- Ya sé que decidimos contar desde el día que volvimos pero quiero decirte que desde ese día de Enero que te vi por primera vez cuando estabas por subir a un ascensor, sin que notaras mi presencia en absoluto…-Me reclamó y reí, recordando nuestros comienzos- Desde ese día supe que cambiarías mi vida y fue así porque nada volvió a ser igual… -Estaba emocionada con las palabras de Pedro, amaba escucharlo así- Ya no sé decirte con palabras lo feliz que me hace poder amarte… que nos amemos. Por eso quería regalarte esto-Me dijo al momento que me mostraba una caja de DVD. Lo miré confundida.


    Me llevó de la mano hasta mi notebook la encendió y se sentó e hizo que yo me siente en sus piernas. Puso el cd y a los pocos segundos se empezó a reproducir un video.

    Eran fotos de nosotros 2… En todas sonreíamos. Algunas ni sabía que existían y también había videos de esos que el acostumbra a grabar sin que yo esté enterada.

   Éramos solo él y yo, sonriendo… felices y entendí el mensaje que quería darme. Todo este tiempo estuve tan sumergida en la tristeza que él sufría viéndome así.

   Todo el video estaba perfectamente editado y con música que solíamos escuchar cuando estábamos juntos. Cuando terminó leí:

    “Solo quiero verte sonreír… hacerte feliz” “Te amo, Pepe”.

    Mis ojos desprendieron las lágrimas que ya no tenía sentido seguir conteniendo.



Pedro: ¡No llores! ¡No era la idea! –Me dijo agarrándome la cara con ambas manos y secando mis lágrimas.

Paula: Lloro de felicidad… No podés hacerme más feliz, mi amor… Te pido perdón de nuevo por haber estado tan distante todo este tiempo y también gracias porque a pesar de todo siempre estuviste ahí, conmigo… incondicionalmente, ayudándome a superar todo… Sos mi vida entera… Te amo, no lo dudes nunca por favor-Le dije emocionada y pude ver que de sus ojos también se escapaban unas lágrimas. Sus ojos color miel brillaban tanto que iluminaban mi alma herida.


   No podíamos decirnos más nada. Las palabras sobraban. Solo nos dedicamos a hacer lo mejor que sabíamos hacer juntos… Amarnos…





    Hola! Cómo están! Y hasta acá el capítulo de hoy! Espero que les haya gustado esta eterna reconciliación ;)

    Y de a poco las cosas se van acomodando.

    Les aviso que no sé qué como me voy a organizar para subir estas dos semanas de las fiestas. Voy a tratar de subir el próximo el martes y después ni idea! Paciencia please.


   Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también. Si es en el Blog mejor ;)


    Les dejo el adelanto para el próximo capítulo que trataré de subir el martes…






    Con Paula todo había vuelto a hacer como antes. Desde ese día que hablamos, que fue a buscarme a Mármol habíamos estábamos más unidos que nunca, o tal vez ahora valoramos más cada segundo que pasamos juntos. Y aunque por lo laboral no podemos vernos tanto como quisiéramos aunque sea dormíamos todas las noches juntos, eso no se negociaba.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Capítulo 114



Capítulo 114


    Llegué al departamento de mi novio lo más rápido que pude. Entré silenciosa, con mis llaves. Apenas puse un pie adentro, presentí que algo estaba mal… En la mesa había botellas de fernets y cervezas vacías. ¿Se habrá juntado con los amigos? Si fuera así, Zaira lo sabría por Hernán…

   Revisé la cocina, no había nadie y luego caminé hasta la habitación. No sabía por qué, pero mis piernas temblaban, estaba nerviosa. Abrí despacio la puerta y no podía creer lo que estaba viendo… la cama estaba intacta… ¿No había pasado la noche acá? Mis lágrimas empezaron a salir a la hora que mi cabeza empezaba a sacar cientos de conjeturas… No podía pensar más que en cosas malas… terribles y me senté en su cama a llorar, quebrándome por completo.

    No sabía dónde estaba, dónde había pasado la noche y necesitaba saberlo. Agarré mi teléfono, busqué su número y lo llamé. El teléfono sonaba y no atendía. Mis manos temblaban, corté y volví a intentar… hasta que escucho que me atienden…


XXX: ¡Hola, Pau! –Era la voz de una mujer ¿Luciana? –Soy Luciana.

Paula: ¡Hola, Lu! –Respiré, creo que me había olvidado de hacerlo desde que entré- ¿Pedro está con vos?-Le dije con la voz entrecortada.

Luciana: ¡Sí! Está acá… en lo de papá. Yo acabo de llegar y vine a tratar de despertarlo pero es imposible y justo llamaste ¿Pasa algo? –Sonaba confundida pero tranquila.

Paula: ¡No, Lu! Necesito verlo… ¿Puedo ir para allá?-Le dije tratando de sonar más tranquila también.

Zaira: ¡Eso no lo tenés ni que preguntar! ¡Venite! Espero que esté todo bien.-Me dijo en señal de alerta.


    Me despedí de Luciana y llamé a Sochi para ver si me podía prestar el auto para viajar hasta Mármol. Por suerte accedió a prestármelo y salí para su casa, a buscarlo.


    2 horas y media más tarde, estaba estacionando, en frente de la casa de mi suegro… detrás del auto de Pedro…

    Me bajé de él y Luciana vino a recibirme. Nos saludamos y pude notar en su rostro que estaba preocupada, que no entendía y sabía que iba a tener que contarle algo para dejarla tranquila.


Luciana: Mi hermano sigue dormido. Parece que estuvo tomando- Agaché mi cabeza mientras entrábamos a la casa- Papá no estaba anoche, había ido a lo de mi tía y cuando llegó vio el auto de Pepe, entró con sus llaves se ve…lo buscó y ya estaba en su cuarto profundamente dormido. ¿Qué pasó?

Paula: ¡Nada! Solo que estuve muy colgada con él… -Suspiré y ella me miraba atenta, esperando que le aclare un poco el panorama- Ayer olvidé que cumplíamos meses y ¡Bueno, creo que está así por eso! –Le dije levantando mis hombros, no tenía ganas de seguir explicándole, quería hablar con él, ahora.

Luciana: ¡Entiendo! –Me dijo no muy convencida- Pero es raro que se ponga así… ¡Justo él que es un desastre para esas cosas!-Asentí incómoda.

Paula: ¡Puedo subir! –Mirando hacia arriba donde estaban las habitaciones.

Luciana: ¡Ay, sí! ¡Perdón! No hay nadie. Todos se fueron a hacer las compras con papá. Subí que duerme como un tronco en el que era su cuarto.-Forcé una sonrisa en agradecimiento.


    Subí las escaleras para llegar al cuarto. Abrí la puerta sin golpear. Estaba profundamente dormido con la ropa que tenía puesta anoche… solo se había sacado las zapatillas.

    Pasé, volviendo a cerrar la puerta y me acerqué hasta la cama. Observé a mi novio unos segundos, suspiré… Me sentía confundida, sabía que debía pedirle perdón, sabía que había hecho las cosas mal… que lo había dejado de lado cuando él siempre estuvo conmigo. Antes de que la angustia volviera a golpearme me senté en la cama y empecé la tarea de despertarlo, Pedro sobrio ya es difícil de despertar pero con todo lo que había visto que tomó iba a ser imposible… ¿Y si le hubiera pasado algo? ¡No, No! Debía sacar esas cosas de mi cabeza, no quería bloquearme, ya habría tiempo para reprocharle semejante locura.

    Después de moverlo, hablarle, tocarlo y besarlo pude ver que sus ojos se abrían y conectaban, perdidos, con los míos…


Paula: ¡Hola! –Le dije forzando una sonrisa, él me miró sorprendido. Observó a su alrededor como no entendiendo dónde estaba y luego me dijo…

Pedro: ¿Qué hacés acá? –No entendía su tono, pero sea lo que fuera no era común en él… no era nada bueno. No sabía qué decirle, y mi cabeza no estaba para rodeos, prefería ser sincera… Lo miré a los ojos y respondí.

Paula: Hoy me llamó Zaira… Me dijo lo de ayer… que cumplimos meses… lo olvidé…-Sonrió irónico y yo agaché mi mirada y seguí- Fui hasta tu casa y no te encontré… me preocupé…-Hacía una lucha interna para que el nudo en mi garganta me dejara terminar de hablar- Te llamé y me atendió Luciana… Me dijo que estabas acá. Quería verte… que hablemos quería pedirte perdón…- Levanté mi mirada de nuevo… él me miraba serio, quería que me dijera algo, lo que sea. Pero nada… ¡El silencio, no! No soportaba sus silencios, me dolía y él lo sabía… quería… necesitaba que hable. -¿No vas a decir nada?-Lo increpé casi indignada.

Pedro: ¿Qué querés que te diga? ¡Qué está todo bien! ¡Que no importa! –Su tono era grave y doloroso… - ¡No es el día, Paula! Que te hayas olvidado, ni eso… ¿Sabés qué pasa? –Me preguntó y sin esperar respuesta, siguió- Que yo vivo pensando en vos. Preocupándome porque estés bien. ¡Y no te lo estoy echando en cara! Lo hago porque te amo y no me sale ser de otra manera con vos… pero duele saber que en 24 horas no pensaste ni un minuto en mí… en nosotros…


   Tenía que dejar escapar las lágrimas que me dolía estar conteniendo. No estaba enojado, estaba dolido… y tenía razón… Retumbaban en mi cabeza las palabras de Zaira “No a costa de tu relación” y sentía que me faltaba el aire… Él me miró angustiado y se agarró la cabeza como tomando conciencia del peso de sus palabras y lo que provocaban en mí…


Pedro: ¡Perdón! No tendrías que haber venido…- Su tono era conciliador. Lo veía apenado, pero… ¿Qué quería decir con “No tendrías que haber venido”? Hubiese atravesado un océano para hacerlo, quería arreglarlo ¿Él, no?

Paula: ¿Por qué pedís perdón? ¿Por decir lo que pensás?-Le dije entre lágrimas. Él suspiró e intentó abrazarme y yo me levanté de la cama.

Pedro: ¡Amor, no! ¡No llores! –Se levantó tambaleando para pararse en frente mío.

Paula: ¿Y qué querés que haga? NO querés que hablemos… NO querés que esté acá…-Dije con un hilo de voz.

Pedro: ¡No! No te vayas! Hablemos. Viniste para que hablemos ¡Por favor! –Me dijo preocupado y de sus ojos escapaban lágrimas y por más que quisiera no podía irme así. Ahora no…

Paula: Te descuidé… -Le dije con un hilo de voz… Lo miré y dejé escapar mi miedo…- No quiero perderte…- Él negó con la cabeza, tan angustiado como yo y me abrazó y esta vez sí me dejé abrazar, lo necesitaba, como necesitaba saber que podíamos salir de esto. Se separó unos segundos para quedar cara a cara y me miró a los ojos…

Pedro: ¡No, amor! No me descuidaste… Yo tenía que cuidarte a vos e hice todo mal-Me dijo afligido- No tenía que dejar que te pongas así- Me dijo mientras me secaba las lágrimas que caían en mis mejillas- Vos estás mal y necesitabas más tiempo y yo no supe esperar ¡Perdón! –Me pidió sincero y no sabía si era o no así, tal vez estaba tan sumida en todo el dolor de la pérdida… pero ya no… no quería estarlo más, necesitaba salir, ya era tiempo, lo extrañaba.


   Buscó mis labios con los suyos y me dejé besar. Sentí una descarga de energía recorrerme por completo. Sentí sus manos acariciándome la espalda y también sentía que mi cabeza iba a estallar… ¡Lo amaba, lo necesitaba hoy y siempre conmigo!

    Recién ahora entendí todo por lo que él también había pasado todas estas semanas, estando incondicionalmente conmigo y yo devolviéndole migajas a nuestra relación… Necesitaba que sepa que lo amo y que quería tanto como él que todo vuelva a la normalidad.

   Levanté mis brazos que yacían inertes al costado de mi cuerpo y me aferré con mis manos de su nuca, despeinando sus cabellos… profundizando ese beso… Pegué mi cuerpo al suyo y él se separó de mis labios… Me miró a los ojos apoyando su frente a la mía.


Pedro: ¡Te amo, amor! No podrías perderme nunca porque mis sentimientos por vos nunca van a cambiar… ¡Soy tuyo, nena! ¿Sí?–Asentí sonriendo. La sinceridad en sus palabras, sus ojos que me transmitían lo que decía, me llenaron por completo.

Paula: ¡Te amo mi vida! –Y no era capaz de reproducir algo más, solo atiné a volver a besarlo…


     La intensidad de nuestro beso dejaba en claro las intenciones que teníamos… Lo empujé devolviéndolo a la cama y lo sentí sonreír en mi boca. Me subí encima suyo para dedicarme a llenarlo de besos, los cuales fueron recorriendo su cuello, él se dejaba mimar y disfrutaba de mis caricias con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Mientras le iba desprendiendo los botones de su camisa iba besando su pecho descubierto.


Pedro: ¡Pará, amor! –Levanté mi cabeza para mirarlo, estaba tan excitado como yo…- ¿Estás segura? –Me dijo con los ojos encendidos de pasión que no debían estar muy distintos a los míos…

Paula: ¡Muy!-Le dije casi en un susurro y él sonrió.

Pedro: ¡Ok! ¡Esperá!- Me dijo divertido.


   Me corrí de encima suyo para que él pudiera levantarse y se fue hasta la puerta para cerrarla con llave. Se dio vuelta y sonreímos. Volvió a la cama arrojándose encima mío.

   Comenzamos a desvestirnos entre besos… Sentía un maremoto de sensaciones dentro de mí. Quería estar así, con él y no tenía idea de cuánto…

   Nuestros cuerpos se enredaban uno con el otro. Éramos solo piernas y brazos, lenguas y labios queriendo fundirse… ser uno. Cegados, inconscientes… totalmente necesitados del otro… sumidos en la pasión pura y descontrolada.

   Nos amamos con necesidad. Solo porque queríamos expresar con nuestros cuerpos lo que querían nuestras almas, fundirse… eternamente.

   Volvimos a ser uno… sintiéndolo tan mío y yo tan suya… Era como si hubiese vuelto a la vida… no podía sentirme más feliz… él me hacía feliz.







    Hola!!! Cómo están??? Ya quiero que se retracten de todas las injurias que me dijeron! Jajaja ¿Por qué siempre piensan lo peor? Cuando dije que había hecho algo que no debía, se trataba de manejar en el estado que lo hizo y hubo pelea, no tan terrible pero pelea al fin. La imaginación de ustedes tiene vuelo propio! ;)

    Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también. Si es en el Blog mejor ;)

    Les dejo el adelanto para el próximo capítulo que trataré de subir el sábado…






   Estaba tan hermosa así que no quería moverme ni salir de esta burbuja que nos tenía embrujados. De golpe se puso seria y su sonrisa se borró.

Pedro: ¿Qué pasa? –Le pregunté, no quería un nada de respuesta, ya no. Ella tenía su cabeza apoyada en mi pecho y me observaba fijamente.

Paula: Vi todo lo que tomaste cuando fui a tu departamento ¿Cómo viajaste así?

martes, 17 de diciembre de 2013

Capítulo 113



Capítulo 113


    Hace 3 días Julián terminó de sufrir. Su deceso fue triste y doloroso… Pedí el día para acompañarla al velatorio que fue solo de unas horas (Creo que porque ya lo habían velado desde mucho antes) y al entierro.

   Paula no se separó de Inés en ningún momento y entre todos los presentes tratábamos de contener a esa mujer que estaba totalmente sumida al dolor. A Paula la vi entera por fuera, aunque sabía que dentro suyo no era así. Igual creía que había entendido que ya no podía seguir viviendo así. Que lo mejor era irse en paz…


   Hoy era sábado. Me encontraba saliendo de mi departamento para ir al canal a hacer La Cocina. Paula anoche había tenido un desfile en Uruguay y por lo tanto no dormimos juntos. Cuando estaba por subir a mi auto escucho sonar mi teléfono y atendí.



Paula: ¡Hola, Pepe! – Escuché la voz de mi novia y sonreí.

Pedro: ¡Hola, amor! ¿Ya llegaste?

Paula: Sí, por eso te llamaba. Recién llegamos con Gege y Sochi y todo salió más que bien.-La escuché animada y eso me tranquilizaba.

Pedro: ¡Qué bueno, gorda! Yo estoy yendo a La Cocina ¡Viste! ¡Si te acompañaba, llegaba bien! –Le dije retrucándole.

Paula: Pero no ibas a estar descansado. Aparte tenías que pedir para salir más temprano ayer de Polka y el otro día ya pediste el día…- Suspiré pensando que había traído el tema de nuevo.

Pedro: ¡Está bien! Tenés razón… Solo que te extraño…- Y en esa frase quería que entienda todo lo que me hacía falta, todo lo que la necesitaba conmigo…

Paula: ¡Y yo! –Sonreí- ¡Te invito a cenar a casa hoy! –Me dijo entusiasmada.

Pedro: ¿Es una invitación especial? –Esperé su respuesta, ansioso.

Paula: mmm, ¡Sí! - ¡Lo había recordado! ¡Hoy cumplíamos 3 meses desde que volvimos. Tenía ganas de festejásemos de una manera especial. Y no sabía si era el momento. Pero con esto que acababa de decirme me hacía creer que sí, que ya era hora, que podíamos volver a tomar nuestro rumbo…

Paula: ¡Te espero en casa!

Pedro: ¡Obvio! Ahí voy a estar ¡Te amo! –Pensé en saludarla, decirle feliz cumple mes, pero prefería decírselo a la noche cuando estemos juntos, frente a frente.

Paula: ¡Yo también, amor! –Así nos despedimos y la sonrisa que había en mi cara no me la podía sacar nadie. Hoy iba a ser un gran día ¡Lo sabía!


    El programa transcurrió como siempre. Con alegría y buen humor, y haberla escuchado a Pau mejor, me hacía sentir en sintonía. No como otros programas en que se me había hecho imposible conectarme.

    Ya me estaba yendo cuando la cruzo a Zaira…


Pedro: ¿Te llevo? –Me sonrió y me dijo…

Zaira: No, pepe ¡Gracias! Viene Nan a buscarme.

Pedro: ¿Están mejor?-Me paré para escucharla.

Zaira: Remándola. Creo que a veces chocamos un poco pero por suerte podemos resolverlo… por ahora-Me dijo levantando los hombros un poco incómoda.

Pedro: ¡Me alegro! –Yo había hablado con mi amigo al respecto y no había podido sacarle mucha información. Suponía que era un tema de celos pero no había sido muy objetivo al contarme.

Zaira: ¡Lo sé! ¿Y, Pau? ¿Cómo está? –Me cambió de tema.

Pedro: Bien. Hoy cumplimos 3 meses.-Le dije orgulloso.

Zaira: ¡En serio! ¡Los felicito! ¿Hacen algo? – Reí- Digo… que puedas contar…-Reímos los 2.

Pedro: ¡No sé! Pensé que no iba a acordarse, por todo lo que ya sabés… pero va a preparar una cena para los 2 ¡Algo especial! –Le guiñé el ojo.

Zaira: ¡Qué bueno, Pepe! Poco a poco se van a ir acomodando las cosas-Asentí- Sé que no fue fácil todo este tiempo y que Pau estuvo un poco colgada pero vas a ver cómo todo va a volver a ser como antes-Sentenció.

Pedro: ¡Es lo único que quiero, Zai!-Sonreímos- Bueno, te dejo. Voy a comprar unas cosas y me voy a su casa. -Nos despedimos y abandoné el canal.


   Después de quedarme unos minutos sacándome fotos y hablando con algunas de las chicas que habían estado en el piso, me fui a comprar uno de esos postres helados que Pau tanto ama, también uno de sus chocolates favoritos. En la semana había armado un DVD con Videos y fotos nuestras, lo edité y le puse música que nos gusta a ambos. Había quedado muy lindo, eran fotos y videos en donde sonreíamos, algunos solos y otros juntos. Al final del compilado puse una frase: “Solo quiero verte sonreír… hacerte feliz” “Te amo, Pepe”.

   Una vez que tuve todo me fui hasta su departamento. Tenía el presentimiento que iba a ser una gran noche. Al menos pensaba poner todo de mí para que así sea. Me sentía feliz, animado como hace mucho no me sentía. Creía que la tormenta ya se había disipado, que por fin podíamos volver a nuestra vida normal, sin llantos, sin silencios… A pesar de que nos veíamos todos los días la extrañaba mucho. Extrañaba nuestras charlas sobre cualquier cosa, nuestras peleas en juego, su alegría, su risa, sus besos apasionados, hacerle el amor… Todo lo que en este tiempo habíamos perdido y que quería que volviéramos a recuperar.


    Toqué la puerta ya que las llaves estaban puestas en la cerradura y no podía abrir con las mías. Sonreí, tal vez lo había hecho apropósito para que no entre por sorpresa. A los pocos segundos la puerta se abrió.



Paula: ¡Hola, Pepe! –Me dio un beso rápido y me sorprendió verla vestida de entre casa.

Pedro: ¡Hola, amor! –No reparé en su actitud y la abracé llenándola de besos y ella se separó enseguida.

Paula: ¡Pará, gordo! ¡No estamos solos! –Giró su cabeza a un costado y yo lo hice también, confundido. Inés estaba sentada en el living de mi novia.

Inés: ¡Hola, Pedro! –Me saludó y yo respondí al saludo, aun parado en la puerta de entrada, ni yo di un paso para entrar, ni Pau dio un paso atrás para que lo hiciera.

Paula: ¡Está mal! No te molesta que se quede a cenar acá, con nosotros ¿No? Le dije que viniera, estaba sola…-Me dijo bajito para que Inés no pudiera escuchar y creo que no podía disimular mi desilusión… no era bueno para esas cosas… No lo había recordado como pensaba… no sería un día especial…

Pedro: ¡No! Pero creo que es mejor si las dejo solas-Le dije tratando de no delatar mi estado.

Paula: ¡No, amor! ¡Quedate! –Me dijo retrocediendo un paso, dándome lugar a que pase y yo la agarré del brazo.

Pedro: ¡No, Pau! Mejor me voy... nos vemos cuando quieras… cuando puedas… -Le dije serio y me miró sorprendida. Le entregué la bolsa con el helado y los chocolates. El DVD lo tenía en el bolso que había llevado con ropa y no se lo pensaba dar.

Paula: ¡En serio, amor! ¿Por qué no te quedás? Preparé la cena para los 3- Insistió tratando de convencerme.

Pedro: ¡No! –Le di un beso tan frío como el que ella me había dado antes y me despedí de Inés y luego abandoné el departamento.



Cuenta Paula…


   Me sorprendió la actitud de Pedro. Había estado irreconocible hoy. Él no era así. Ni siquiera entró a saludar a Inés y la hizo sentir incómoda. Tuve que disculparme con ella. A la vez entendía que se haya molestado porque no le avisé, ya que le había prometido una cena especial, pero no era para que se vaya así…

   Sé que todo este tiempo estuve desconectada de todo y quería que lo nuestro empezara a tomar cause de nuevo. Todo el proceso hasta llegar a la muerte de Julián había sido terrible para mí y aunque sabía que era cuestión de tiempo y que era hora de que dejara de sufrir no podía asimilarlo todavía. Mucho menos Inés, que cuando la llamé hoy a la tarde, la escuché tan devastada, no dudé en invitarla a casa. Me dolía saber que estaba sola. Toda su familia que había venido para el velatorio ya se había ido y había caído en la realidad… a su soledad. Y sumado a su angustia ¡Preocuparse por Pedro! Ya hablaría con él.


    A la mañana siguiente me desperté con una llamada de Zai…


Zaira: ¡Hola, Pochi! –Me dijo animada como si fueran las 3 de la tarde. Había dormido mal, después de hablar con Inés y por la actitud de mi novio.

Paula: ¡Hola, cachorra! ¿Qué hacés llamando por teléfono a estas horas?-Miré mi reloj, no eran ni las 9 de la mañana, y ¡Un domingo!

Zaira: ¡Ay! Disculpa. No quise interrumpirlos ¡Y menos sabiendo la noche que habrán tenido!

Paula: ¿De qué hablás Zai? –Le dije sorprendida por el comentario.

Zaira: ¡Dale, Pochi! ¿Cómo estuvo el festejo?-No entendía de qué me hablaba mi amiga y ya empezaba a exasperarme.

Paula: ¿Qué festejo, Zai? ¡No te entiendo!- La risa de mi amiga se disipó ante mi pregunta.

Zaira: ¿No estás con Pedro?

Paula: ¡No! –Le respondí sin vueltas.

Zaira: Pero él me dijo ayer que cumplían 3 meses y que ibas a preparar una “Cena especial”-Sentía como si me hubiera caído un balde de agua fría… me quedé muda. Ahora entendía la actitud de Pedro anoche, cuando me dijo de “Una invitación especial”… mi postre favorito, los chocolates. Se me hizo un nudo en el estómago recordando cómo se fue de casa- ¡Pochi! ¿Te olvidaste?

Paula: ¡Sí!- Le respondí con un nudo en la garganta.

Zaira: ¡Ay, amiga! Pero no entiendo… ¿Qué pasó? Él iba para allá.-


    Le conté todo lo ocurrido ayer a mi amiga, mi encuentro con Inés y su actitud cuando llegó a casa.


Zaira: Pochi, tenés que hablar con él-Me dijo apenada.

Paula: ¡Lo sé! Ahora mismo voy a su casa.

Zaira: ¡Me parece bien! Yo los llamaba temprano para preguntarles si querían ir a una quinta con Nan y conmigo, como el día está lindo. Pero me parece que lo dejamos para otro día… Te quiero, amiga, pero me parece que estás descuidando mucho a Pepe, él es una amor y siempre está pendiente de vos y más en este tiempo…-Escucharla a Zaira me destrozaba y sabía que tenía razón, mis lágrimas empezaron a brotar sin control- Me parece que ya es hora que dejes el pasado atrás, lo de Julián ya pasó, y sé que es durísimo pero tenés que seguir tu camino. No digo que no acompañes a esa mujer pero no a costa de tu relación con Pedro.

Paula: ¡Lo sé, Zai! Trato… es que es muy pronto, pero sé que es cierto todo lo que me decís. ¡Gracias! Ahora mismo voy a verlo.

Zaira: ¡Dale! ¡Ojalá salga todo bien!


   Me despedí de mi amiga y me levanté. No quise ni desayunar. Quería llegar ya a su casa. Me vestí y agarré mi bolso. Puse en él también las llaves de su departamento. Seguro estaría dormido y quería sorprenderlo.

   Llegué al departamento de mi novio lo más rápido que pude. Entré silenciosa, con mis llaves. Apenas puse un pie adentro y presentí que algo estaba mal… En la mesa había botellas de fernets y cervezas vacías. ¿Se habrá juntado con los amigos? Si fuera así, Zaira lo sabría por Hernán…

   Revisé la cocina, estaba intacta  y luego caminé hasta la habitación. No sabía por qué, pero mis piernas temblaban, estaba nerviosa. Abrí despacio la puerta y no podía creer lo que estaba viendo…





    Hola!!! Cómo están??? Y sí, detonó Pedro! Hasta los hombres más dóciles, pacientes y tranquilos explotan y bueno Pepe no es la excepción!

    No puedo adelantarles nada del siguiente capítulo, no porque no lo tenga, sino porque no encontré un párrafo que no delate lo que se viene y prefiero sorprenderlas cuando lo lean ;) No me odien!


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    El próximo capítulo lo subiré el jueves!

sábado, 14 de diciembre de 2013

Capítulo 112



Capítulo 112


    Después de cenar la llamó Zai y se angustió mucho contándole todo lo que pasaba con su ex. Luego nos sentamos en el sofá y ella apoyó su cabeza en mi pecho. Después de un rato así pude hacer que esté más animada. Llenándola de mimos y conteniéndola mientras escuchaba todo lo que tenía para contarme de su reencuentro con Julián, a veces se angustiaba mucho y me dolía verla así, pero quería contarme así que la escuché. Hasta que la escucho decir…



Paula: ¡Amor, él quiere verte!- Abrí grande los ojos. No me esperaba algo así… No quería hacer eso…

Pedro: ¿Qué? ¿A mí?-Me salió decirle.

Paula: ¡Sí, amor! Quiere hablar con vos… pedirte disculpas- Se sentó para mirarme a los ojos, frente a frente… realmente quería que hiciera esto.

Pedro: No, gorda, no es necesario. Está todo bien si vos lo perdonaste y lo entendiste le tiene que alcanzar-Le dije como último recurso, sabía que era en vano.

Paula: ¡Amor! ¡Por favor! No quiere dejar asuntos pendientes-Golpe bajo.

Pedro: Pero, Pau… -Suspiré, ya no encontraba pretextos para no hacerlo y menos sabiendo que era su última voluntad…-Está bien- Le dije no muy convencido. Me abrazó fuerte y me dio un beso.

Paula: ¡Gracias, Pepe! Sabía que ibas a aceptar ¡Te amo! – Y solo sonreí pensando en si habría algo en esta vida que no fuera capaz de hacer por ella.


    Luego nos fuimos a dormir. No hubo mucho más que mimos y besos… sabía que no era momento de más y la respeté. Todo esto la había afectado mucho y no quería forzarla si no tenía ganas aunque yo muriera por hacerle el amor, esta vez tendría que ser paciente y esperarla…

   Así que abrazados nos dormimos mirando cualquier cosa en la tele. Mañana nos esperaba un día extraño. Iría a verlo, ya que entre semana sería imposible por las grabaciones y tampoco sabía de cuánto tiempo disponía él, por lo que me había contado Paula estaba en la última fase…

    No sabía cómo iba a ser todo esto, encima estaba internado en la misma Clínica donde falleció mamá y recorrer de nuevo esos pasillos que en un tiempo formaron parte de mi rutina era una casualidad que no esperaba…



   Al día siguiente. Eran las 3 de la tarde cuando estacionamos en frente de la clínica. El camino estaba guardado en mi memoria y Paula se sorprendió al ver que jamás le pregunté la dirección.



Paula: ¿Conocías la clínica?- Me preguntó con miedo.

Pedro: ¡Sí! Acá falleció mi mamá- Le dije sin mirarla.

Paula: ¡Amor! ¿Por qué no me lo dijiste? –Me preguntó afligida acercándose hasta mí para que la mire y recién ahí giré para hacerlo.

Pedro: ¿En qué hubiese cambiado que lo sepas? Ya te había dicho que vendría-Le respondí levantando mis hombros.

Paula: ¿Estás seguro que querés hacerlo? Si hubiera sabido, no te lo hubiera pedido- Me dijo con culpa, agachando su cabeza, yo la tomé con mis manos de la cara para que me mire.

Pedro: ¡Ya estamos acá! ¿Sí? ¡No me la hagas más difícil!- Ella asintió no muy convencida y bajamos del auto.



    Caminamos a la par, tomados de la mano hasta llegar al piso en donde estaba Julián y que tan bien conocía. Lo único que agradecía es que no fuera la misma habitación.

    Nos paramos en frente de la puerta y tocamos. Enseguida una mujer rubia y de ojos celestes nos abrió, reconocí que debía tratarse de la madre de Julián.


Inés: ¡Hola, chicos! ¡Pasen!-Nos saludó agradecida.


    Paula me la presentó y vi a Julián que estaba con una enfermera que ya se retiraba y luego puso su atención en nosotros.


Julián: ¡Hola! –Nos saludábamos incómodos, su madre había salido de la habitación con la enfermera, solo estábamos los 3- ¡Paula!- Dirigió su mirada a mi novia- ¿Nos dejarías solos?- Yo la miré y rogaba que dijera que no. No quería quedarme solo con él. Aun así traté de no transmitirlo en la mirada, hasta que la escucho decir…

Paula: ¡Bueno! Los dejo solos- Suspiré y me miró apenada.


    La seguí con la mirada hasta que nos dejó solos después de salir y cerrar la puerta. Guié mi mirada hacía Julián, recién ahí reparé en él… Estaba tal cual me lo imaginaba y dolía verlo en ese estado. No sabía qué decirle hasta que habló.


Julián: ¡Gracias! Pensé que no ibas a querer venir-Me dijo en un tono muy bajo que casi no pude percibir, como si lo estuviera pensando en voz alta.

Pedro: ¡Acá estoy! –Sonrió forzado, el clima era denso entre nosotros.

Julián: Después de lo que hice… que intenté hacer pensé que irías a buscarme…-Me dijo sin reparo.

Pedro: ¡Lo intenté, pero no me dejaron! –Levanté mis hombros sin entender a qué iba todo esto.

Julián: Igual no creo que me hubieras encontrado, casi siempre estuve acá y los golpes que me merecía no hubiesen sido peor  que todo lo que pasé en este tiempo. – Y no sabía cómo interpretar su comentario ¿Estaba siendo sarcástico? – Lo digo para distender un poco… en serio te agradezco que hayas venido.- Me sonrió y yo lo miré serio.

Pedro: ¡No estuvo bien lo que le hiciste a Pau! ¡La pasó muy mal! –Le reclamé.

Julián: ¡Lo sé! Y no me lo perdono…-Se puso serio él también y parecía sincero- Pero necesito pedirte disculpas a vos también por eso y por lo que hice antes con el anillo… mentirte así… es que… -Suspiró dolido. Sí, no había actuado bien nunca.- Me costaba asimilar que la había perdido… no sabía cómo retenerla y bueno… creo que no hice más que alejarla más ¿y lo otro? no tengo cómo justificarlo…

Pedro: Ella te perdonó y ya está. Podés quedarte tranquilo. –Le dije seguro.

Julián: ¿Y vos? –Levante mis hombros.

Pedro: También.-Fue lo único que me salió decirle. Estaba arrepentido y eso me alcanzaba.

Julián: Sos un buen tipo- Me dijo de la nada- No me equivoqué a los 19 años cuando pensaba que lo mejor para Pau era que encontrara a otra persona…-Lo miré confundido y sorprendido ante semejante declaración.

Pedro: No digas eso ella te quiso mucho y volvió por vos… -Interrumpí. Realmente había dejado todo por él.

Julián: Sí, pero tal vez no era conmigo con quién debía encontrarse. Tal vez solo fui un puente para que se encontrarán ustedes 2 –Sonrió y este vez sí le devolví la sonrisa, en parte tenía razón- Pero si es así me alegro que esté con vos, en serio creo que sos un buen tipo. Sé que la vas a cuidar… -Dijo cuándo sus ojos se llenaban de lágrimas y yo seguía parado inmóvil al pie de su cama, solo escuchándolo…- Ella te ama como nunca amó a nadie… lo sé y aunque no quise aceptarlo es así y por más que me duela sos lo que ella necesita.


    Si hay algo que no esperaba eran estas palabras de él. Ese hombre al que odie como nunca odié a nadie, el que se interpuso entre Pau y yo… Que nos hizo tanto daño… ¿Ahora estaba dándome su bendición y diciéndome todo esto? No sabía que decirle, no sabía cómo actuar. Yo solo venía a escuchar su disculpas, aceptarlas e irme, no todo esto.


Julián: Te quiero pedir disculpas también por hacerla pasar por todo esto, por robártela estos días… pero es solo por un tiempo… -Agachó su cabeza asumiendo su realidad y cerré mis ojos apenado, los volví a abrir para conectar con los suyos- No me preguntes cómo ni por qué pero sé que van a estar el resto de sus vidas juntos.

Pedro: ¡No sé qué decirte! Paula quiere acompañarte y me parece bien. Ella te quiere. –Le dije afectado con todo lo que estaba pasando.

Julián: Lo sé.- Me dijo volviendo a sonreír y yo suspiré.


    Después de unos minutos Paula volvió a entrar y se unió a nosotros, también la madre de Julián. Yo me había sentado en una de las sillas que había en la habitación y mi novia lo hizo al lado mío, mientras me sostenía la mano, cosa que al principio me hacía sentir incómodo delante de Julián, pero entendía que lo hacía para relajarme y lo lograba.

    Conversamos los 4 durante horas sobre cualquier cosa. Totalmente distendidos, como si los conociera de toda la vida.

    Finalmente abandonamos la Clínica. Julián no se sentía bien, se lo veía cansado y dolorido, y decidimos dejarlo para que duerma.


3 semanas después…



    Ya pasaron 3 semanas de aquel sábado que visitamos a Julián. Semanas en que cada día Paula cumplía con su promesa de acompañarlo. Siempre se hacía un tiempo para ir a verlo a la Clínica y estar con él aunque sea una hora. Cada vez que lo hacía salía devastada ya que la salud de Julián empeoraba día a día. Hasta estuvo presente en el momento que tuvo un infarto y del cual pudieron reanimarlo. Pero su estado era crítico y su vida pendía de un hilo….


    Traté de acompañarla y estar ahí como lo hice los primeros días, pero cada vez se cerraba más conmigo y no sabía qué más hacer. A veces pasaba horas enteras sin hablarme y eso me angustiaba mucho, me dolía verla así. Aparte tenía que estar pendiente de que se alimentara bien y que tome sus vitaminas.

    Zaira, Gege y Sochi estuvieron acompañándola. No con más suerte que yo. Juampi y el resto de sus primos también, telefónicamente o por chat. Ellos se enteraron por mí,  porque ya no sabía qué más hacer y decidí avisarles, cosa que a Pau en un principio le molestó pero después de hablar con ellos me terminó agradeciendo…

    Y es que no sabía qué más hacer para que esté mejor. Sentía que solo no podía. Aunque no lo quisiera ver se había abierto un abismo entre nosotros... No había momentos para los 2. Su cabeza estaba al 100 % en la salud de Julián y en acompañar a Inés. Trataba de entenderla y acompañarla pero a la vez se cerraba conmigo y me hacía todo aún más difícil…

    Mi familia y mis amigos me dijeron que tenga paciencia que todo iba a solucionarse y volvería todo a la normalidad pero el precio era caro.

    Había trascendido lo de la enfermedad de Julián. Temíamos que pase, pero el hecho de que fuera todos los días a verlo era un riesgo y le sacaron unas fotos. En un móvil contó muy por encima de qué se trataba, pero las palabras estaban de más… al verla angustiarse no interrogaron más del tema.

    Paula cumplía con sus trabajos como siempre. Sus campañas, sus desfiles, las notas, etc. En el Bailando bailó los 2 ritmos que siguieron lo mejor que pudo (Rock y Cuarteto) siempre estuve ahí, acompañándola.


    Hace 3 días Julián terminó de sufrir. Su deceso fue triste y doloroso… Pedí el día para acompañarla al velatorio que fue solo de unas horas (Creo que porque ya lo habían velado desde mucho antes) y al entierro.

    Paula no se separó de Inés en ningún momento y entre todos los presentes tratábamos de contener a esa mujer que estaba totalmente sumida al dolor. A Paula la vi entera por fuera, aunque sabía que dentro suyo no era así. Igual creía que había entendido que ya no podía seguir viviendo así. Que lo mejor era irse en paz…





     Hola! Cómo están? Y hasta acá el capítulo de hoy! Espero les haya gustado ya que preferí dar el punto de vista de Pedro en todo el capítulo. En el próximo leerán a Pau. Sí? Y Sí, así, fue el deceso de Julián… triste y doloroso. Vamos a ver cómo sigue todo de ahora en más y si Pau puede reponerse y volver a retomar la relación como antes.


     Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también.


    Les dejo el adelanto para el próximo capítulo que trataré de subir el martes …






Pedro: ¡Está bien! Tenés razón… Solo que te extraño…- Y en esa frase quería que entienda todo lo que me hacía falta, todo lo que la necesitaba conmigo…



Paula: ¡Y yo! –Sonreí- ¡Te invito a cenar a casa hoy! –Me dijo entusiasmada.



Pedro: ¿Es una invitación especial? –Esperé su respuesta, ansioso.



Paula: mmm, ¡Sí! - ¡Lo había recordado! ¡Hoy cumplíamos 3 meses desde que volvimos. Tenía ganas de festejásemos de una manera especial. Y no sabía si era el momento. Pero con esto que acababa de decirme me hacía creer que sí, que ya era hora, que podíamos volver a tomar nuestro rumbo…