martes, 16 de julio de 2013

Capítulo 41



Capítulo 41


Cuenta Paula…


   Sochi me alcanzó a mi departamento. Tenía planeada una cena romántica, y era el broche de oro para este día. Todo había salido mejor de lo que pensábamos, estaba feliz. Apenas puse un pie en mi casa y puse en marcha todo, quería que sea una noche especial. Me desmonté el hermoso e incómodo peinado que tanto trabajo le había llevado a mi amiga y me puse un camisolín que sabía que Pedro amaba, y así lo iba a esperar. Yo también quería ser clara con mis mensajes…

   A la hora que había calculado y con todo listo escucho que golpean la puerta, antes de salir del canal me había avisado que estaba en camino, era él.



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   No podía creer lo que estaba pasando, Julián le había contado del anillo y le mintió vaya a saber cúantas cosas… nunca lo había visto a Pedro así, era otra persona, sus ojos transmitían odio, bronca, enojo y no me dejaba que le explique nada.

   Le insistí que me escuche, que estaba equivocado pero no había caso, entre mi llanto que no tardó en aparecer, mi angustia y mi incertidumbre por tratar de justificar lo que no dejaba de repetirme que era injustificable y su actitud desafiante cargada frustración y enojo, que hasta me hacía temer, era imposible sostener una charla. Creo que él pensó lo mismo y abandonó mi departamento, aunque yo hubiese preferido que podamos hablar tranquilos, era obvio que en ese momento no se podía, y aunque le pedí que no se vaya, que hablemos y que me diga que era eso otro que le dijo Julián y que callaba, nunca respondió pero sentía que era algo que lo molestaba aún más que el mismísimo maldito anillo…

   Esperé unos minutos a calmarme, cosa que no lograba, ya mi cara estaba desfigurada por tanto llanto y los ojos me ardían como si mis lágrimas salieran hirviendo. Necesitaba hablar con él. No podía dejarlo solo dejándolo que se enrosque en vaya a saber qué mentiras… y menos sabiendo que Pedro sufría de sus ataques… sentí una presión en el pecho al pensar que podía llegar a pasarle algo, y la poca calma que pude logar se desvaneció por completo, ya no importaban mis ojos ni mis manos que no dejaban de temblar, ni mi corazón que parecía querer salir de su lugar…

   Calculé que ya había llegado a su casa y lo llamé, sabía que no iba a atender su celular… sonó una, dos, tres veces y nada, volví a repetir la llamada varias veces y sentí un escalofrío recorrerme por completo. Intenté llamarlo al celular y nada tampoco…

   Sin pensarlo más me levanté del suelo desde donde intentaba comunicarme y fui a vestirme, tomé mi cartera y fui a buscar el anillo (no sé por qué, simplemente lo hice) y lo guarde ahí adentro también. Me tomé un taxi hasta el departamento de Pedro.

  Apenas bajé noté que había unos fotógrafos, pero fui casi corriendo hacia la entrada y agradecí que alguien justo salía para poder entrar. No les di tiempo a nada.

  Subí por los ascensores al octavo piso y giré hacía la izquierda al primer departamento, el A. No podía evitar que mi cuerpo deje de temblar, no sabía qué decirle, solo quería verlo, saber que estaba bien…

  Me paré en frente de su puerta y golpeé mil veces y nada. Un miedo sobrenatural me invadió, sentía que el corazón iba a salir de mi pecho, no dejaba de llorar y con mis manos temblando busqué mi teléfono en la cartera. Llamé a su celular de nuevo sin tener respuesta, una y otra vez, sentía que mi peso era demasiado para mis piernas y tuve que dejarme caer… Levanté mi cabeza apoyándola en la puerta que jamás se abrió y le rogué a Dios que no le haya pasado nada…

  Por inercia volví a marcar su número y cuando iba dejar de insistir, escucho su voz del otro lado…



Pedro: ¿qué querés Paula? –y tan solo escucharlo sentí que el alma me volvió al cuerpo…

Paula: amor ¿Dónde estás? Estoy en la puerta de tu departamento…

Pedro: ¿qué hacés ahí? –me dijo con el mismo tono de voz con el que me había hablado minutos antes…

Paula: necesito que hablemos, por favor, estás pensando cualquier cosa…

Pedro: ahora no va a poder ser –me interrumpió- me estoy yendo a lo de mi viejo.

Paula: pero amor… -suspiré resignada, tal vez sea mejor que hablemos cuando él esté más tranquilo… -necesito saber que vas a estar bien… -y era lo único que me importaba…

Pedro: estoy como puedo… te tengo que cortar Paula estoy manejando o ¿Querés que choque?

Paula: ¡No! ¿de enserio me estás preguntando eso? –y el silencio del otro lado me hiso entender que realmente pensaba que sí.

Pedro: Chau Paula



   Cortó la comunicación así, en seco, sin responder mi pregunta. Más tranquila al saber que al menos no estaría solo pero con la total incertidumbre de no saber qué más le pasaba, estaba segura que su enojo iba más allá del anillo y de un supuesto compromiso (aunque no es poca cosa) y si no tendría la respuesta de su boca ya sabía muy bien de quién si la encontraría…

  Salí del departamento de Pedro y agradecí llevar mis lentes oscuros, me sacaron varias fotos pero por suerte nadie se acercó a preguntar nada, tomé el primer taxi libre y me fui hasta la casa de Julián.



   Apenas puse un pie en el edificio miles de flashes pasaron por mi cabeza, recuerdos, imágenes, pero mi enojo no me permitía verlos sino con desprecio. Llegué a su puerta y golpeé, escuché la voz de mi ex del otro lado y le dije que era yo. Tardó en responder, obviamente no se esperaba mi visita…





   Hola! Cómo andan? Yo genial! Bueno. Espero que les guste a pesar de todo. Les aseguro que todo es por una buena causa! Y para pasar más rápido el trago amargo de verlos peleados y porque soy MUY BUENA (no sé olviden de eso, repítanlo hasta que se convenzan) y porque estamos de vacaciones voy a subir todos los días un capítulo!!!

  Pueden dejar sus comentarios acá o por twitter! Si quieren que les avise cuando suba el mío es @LauyValenPyP. Les dejo un adelantito para mañana!






Paula: lo nuestro terminó, yo no te tengo que rendir cuentas de lo que hago o dejo de hacer… -agachó su mirada recibiendo el peso de mis palabras- te entiendo, yo hubiese preferido que sea distinto, pero esta semana fue terrible, necesitábamos blanquearlo…

Julián: es que… todavía me cuesta asimilarlo… verte hoy me destruyó, Pau… -mientras se acercaba y yo retrocedí un paso atrás, no quería prestarme a confusiones, necesitaba ser clara…


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