Capítulo 47

Capítulo 47


… Subí mis pies al banco en donde estaba sentada, escondí mi cabeza entre mis rodillas y me tapé la cara con las manos, devastada, aturdida, sumergida en mi llanto… Sentí que alguien se sentó al lado mío ¿en una plaza tan grande tenía que venir a sentarse ahí? Sentí apoyar una mano en mi espalda y sin levantar la cabeza le dije…


Paula: ¡no se da cuenta que quiero estar sola! –enojada…

XXX: ya no voy a dejarte nunca más sola…


Cuenta Pedro…


  Me tomé el primer vuelo disponible después del que viajó Paula. Apenas aterricé en el Aeropuerto de Barajas, Madrid busqué la dirección que Zaira me había pasado. Salí del aeropuerto y tomé un taxi hasta la casa de Juan Pablo, el primo de Paula, y solo esperaba poder encontrarla…

  Llegamos a la calle Salvador y junto con el taxista buscamos la altura que tenía escrita en el papel. Una vez enfrente del edificio me bajé y suspiré nervioso, el viento frío se hiso sentir en mi cara y recién caí en el cambio de clima acá. Agradecí haber pasado por mi departamento antes a improvisar una valija en la que guardé también algo de abrigo.

  Subí hasta el piso y busqué el departamento, por suerte Zaira se había tomado el trabajo de revisar el departamento de Paula (ya que ella le había dejado las llaves con el portero) y encontró algunos sobres que su primo le había mandado y en el que tenía la dirección exacta.

  Una vez en frente golpeé la puerta… y vi por primera vez (ya que lo reconocí por fotos) frente a frente al primo de Paula del que tanto me hablaba…


Pedro: ¡hola Juan Pablo! – lo noté mirarme sorprendido… - soy…

Juampi: ya sé quién sos, Pedro… ¿a qué viniste? –me dijo relajado…

Pedro: necesito verla, es una locura que se haya venido así… -lo vi correrse de la puerta indicándome que pase…

Juampi: tal vez… yo lo único que sé es que Paula sufrió mucho. Ella se merece alguien que la ame, la cuide y la respete y sobre todo, que no la dejen nunca más sola… -se sinceró… y yo no supe hacer ninguna de esas cosas…

Pedro. Es lo que más quiero en el mundo, por eso estoy acá. Te juro que no quise que estemos así, yo quería resolver las cosas…

Juampi: a mí no me tenés que jurar nada, te creo, si te viniste hasta acá es por algo ¿no? –me interrumpió…

Pedro: porque la amo como nunca amé a nadie y quiero cuidarla, amarla, respetarla y sobre todo nunca más dejarla sola… -me sonrió…

Juampi: era lo que quería escuchar, ella no está acá –y mi semblante cambió- ey! No te asustes, está en La Plaza Mayor, acá a unas cuadras, buscala…


   Y es lo que hice, le agradecí, le dejé mi equipaje y me tomé otro taxi, aunque podría haber caminado, la ansiedad no me lo permitía, quería verla ya. Bajé en la plaza y la busque en toda su inmensidad, a lo lejos en el centro pude ver unos jardines y algo me dijo que allí la encontraría y no me equivoqué…

  La vi sentada en un banco enfrente de una fuente, apenas pude reconocerla, estaba con sus pies encima del banco, ocultando su cara entre sus manos… me acerqué despacio, estaba llorando. Sentí un dolor profundo sintiéndome responsable de que ella esté así y la culpa me invadió, yo también lloraba… apoye una de mis manos en su espalda y sin mirarme me dijo…


Paula: ¡no se da cuenta que quiero estar sola! –la escuché murmurar enojada…

XXX: ya no voy a dejarte nunca más sola…


  La vi levantar su mirada sorprendida, de sus ojos empezaron a salir lágrimas descontroladamente, yo simplemente la abracé…


Cuenta Paula…


  No podía creer estar escuchándolo ¿me volví loca? Giré para mirar a la persona que me había hablado ¡era él! Mis lágrimas empezaron a salir sin control y lo vi acercarse para abrazarme… sentí como mi corazón intentaba salir de su lugar y podía sentir el suyo también…


Paula: perdón… perdón por irme así –le dije con un hilo de voz al oído, se separó del abrazo y tomo con ambas manos mi rostro…

Pedro: yo no tengo nada que perdonarte… yo tengo que pedirte perdón por haberte dejado sola, por no escucharte ese día…

Paula: yo quería aclararte lo del anillo… -lo interrumpí y él puso su dedo índice en mis labios…

Pedro: ahora no, ya vamos a tener tiempo –y yo asentí – lo único que sé es que una vez me dije que si tenía que escalar el Aconcagua o atravesar el océano solo para estar al lado tuyo lo haría –y yo le sonreí entre lágrimas- y ahora me doy cuenta que esto no es nada, que soy capaz de hacer cualquier cosa por vos, te amo con el alma Pau –y me sentí estremecer por completo, y le creía como nunca tendría que haber dejado de creer, porque yo también lo amaba con todo el alma, lo necesitaba y qué ilusa fui pensando que podría olvidarlo.

   No me salían las palabras para responderle, simplemente me acerqué a él y con los ojos cerrados busqué sus labios, los cuales sentí al instante… El contacto provocó en mí una catarata de emociones, estaba feliz, emocionada, ansiosa, repleta de amor… sentía que por fin me volvía el alma al cuerpo. No había otro lugar en el mundo mejor que en los brazos de Pedro, besándonos porque ya no importaba nada más, éramos él y yo…

  Hola!!! Cómo andan??? Lo prometido es deuda! Acá les dejo el capítulo de hoy!!! Y sí, era él ¡no puedo ser tan mala! Gracias por todos los comentarios tan lindos que me dejaron acá y en el twitter! Ya saben que me inspiran para seguir escribiendo. Me encanta que les guste lo que escribo!!!

   La que quiera puede comentar. La que quiera que le avise cuando suba mi twitter es @LauyValenPyP soy Lau ;) voy a  subir el miércoles!!! Les dejo un adelantito del próximo…



Paula: decime que no estoy soñando, que de verdad estamos los dos acá –mientras cerraba suavemente sus ojos manteniendo su sonrisa…

Pedro: estamos los dos acá –la besé y ella abrió sus ojos- no podía permitir que estuviésemos separados, fui un pelotudo Pau… -ella agachó su cabeza…