Epílogo- Primera Parte.
3 años y 4 meses después…
Cuenta Pedro…
Abrí con cuidado la puerta de su habitación… Me quedé ahí, mirándola… Era tan perfecta… Entré con cuidado. Amaba verla así… dormida. La cama estaba revuelta como si hubiera dormido todo el día y solo habían pasado menos de un par de horas.
Me senté y corrí uno de los tantos almohadones que había sobre ella y terminé de descubrir su rostro. Sus cabellos rubios tapaban parte de su cara y sonreí. Parecía un ángel… Mi ángel. Y comencé con la tarea que me habían asignado y que tanto amaba hacer.
Pedro: ¡Oli! –Mientras la movía despacio- ¡Princesita, despertate!
La vi retorcerse y protestar, ¡A quién habrá salido! Sonreí sabiendo la respuesta.
Pedro: ¡Dale, Oli! ¡Despertate, amor! – Le dije acompañando mis palabras con otra sacudida, y muchos besos por toda sus cara, cuando la veo abrir sus ojitos y sentarse de golpe…
Oli: ¿Ya llegó? –Reí por su ansiedad.
Pedro: ¡Buenas tardes, princesa! Y ¿Por quién preguntas? ¿Papá Noel?-Me miró y me dijo.
Oli: ¡No seas tontito, papi! ¡Ya sabés de quién hablo! –Me dijo levantando sus manitos.
Pedro: ¡Oli! ¿Cómo me vas a decir eso? –Le dije aparentando estar dolido.
Oli: ¡Perdón, papito! ¿Estás enojado? – Me dijo sentándose de un salto en mi regazo, mirándome preocupada, con sus hermosos ojitos verdes, iguales a los de su mamá y me pregunté si ella sería capaz de hacer algo algún día como para enojarme realmente. ¡Esta criatura era mi perdición!
Pedro: ¡No, princesa! – Y comencé a hacerle cosquillas en la pancita y comenzó a reír descontroladamente.
Oli: ¡No, papito! –Me dijo entre risas y yo también reía, su risa era la música más linda que podría escuchar jamás…
Pedro: ¡Bueno! ¡Vamos abajo que ya está tu merienda! –Oli asintió, contenta.
Oli: Pero si me llevas a cocochito –Me dijo y yo acepté. Entre risas le indiqué que se subiera en mis hombros, como hacía siempre.
Y así salimos de su habitación, entre corridas y saltitos, como a ella le gustaba y algún tropiezo fingido que la hacían gritar.
Bajamos las escaleras y fuimos hasta la cocina y apenas entré, la vi de espaldas... Se dio vuelta despacio y era como si hubiesen pasado días sin verla, cuando solo fueron unos minutos, los que tardé en ir a despertar a nuestra hija…
Paula: ¡Por fin! ¡Estaba por ir a buscarlos! –Me acerqué y bajé a Oli de mis hombros.
Oli: ¡Mamí! ¿Cuándo va a llegar mi hermanita?-Le preguntó acercándose a la panza de 8 meses de Pau.
Pedro: ¡Es lo primero que me preguntó cuándo se despertó! –Pau le dedicó una mirada tierna y se agachó hasta su altura.
Paula: ¡Pronto mi amor! Ya te dije que seguro que para después de reyes ya está con nosotros…
Pedro: ¡O antes! –La interrumpí.
Paula: ¡No estás ayudando, amor! ¡La idea es calmar su ansiedad no potenciarla! –Me retó y reímos.
Nos sentamos a tomar unos mates con Pau, mientras Oli tomaba su leche chocolatada y sus galletitas favoritas. Amaba poder compartir cada momento del día con ellas.
Hace unos días se habían decretado oficialmente mis vacaciones. (Mediados de diciembre) Y no planeaba volver hasta marzo o abril. Quería disfrutar la última etapa del embarazo de Pau, el nacimiento de nuestra segunda hija y sus primeros meses, tranquilo, y tenía la suerte de poder hacerlo.
Me habían propuesto hacer temporada de teatro en Carlos Paz, como los últimos años pero no acepté la propuesta. Amaba hacer teatro, era una experiencia incomparable, y más las veces que lo hicimos juntos con Pau. Pero este año, mi prioridad eran ellas.
Así que ni bien terminamos los programas de la productora me dediqué pura y exclusivamente a disfrutarlas.
Pedro: ¿En que quedaron al final? ¿A qué hora empiezan a caer? –Le pregunté a Pau. Hoy era noche buena y era la primera que íbamos a pasar en nuestra nueva casa, la que habíamos comprado a principios de este año. ¡La casa de nuestros sueños!
Paula: ¡En seguida supongo! ¡Sabés como son tus hermanas e Inés ni te cuento! Ya tienen todo organizado entre ellas- Sonreí y me imaginaba.
Mi familia aceptó gustosa la idea de venir a pasar navidad acá, pero con la condición de encargarse de todo, no querían que Pau se esté esforzando en su estado. Pau había tenido un par de complicaciones durante el embarazo, casi iguales a los que tuvo con Oli, la que la obligó a mantenerse en reposo la mitad del tiempo.
Cuenta Paula…
No había cosa en el mundo que me hiciera más feliz que ver cómo Pepe y Oli, ríen, se aman, se adoran. Nunca dudé de lo que sería Pedro como padre y cada día que pasa lo termina re confirmando de nuevo. Yo, a la vez me había convertido en una madre sobre protectora. Cuidaba a mi hija como si fuera una leona y dudaba que eso llegara a cambiar algún día. Oli era nuestro sueño hecho realidad, al igual que nuestra bebita que viene en camino. ¡Sí! ¡Otra vez nena! Bianca era el nombre que habíamos elegido hasta ahora, yo seguí insistiendo en ponerle Ana, pero, en realidad a menos de un mes de nacer, todavía no nos poníamos de acuerdo.
Todo lo que vivimos en estos años fue maravilloso. Superamos cada obstáculo forjando nuestro amor más que nunca. Creo que Pedro y yo habíamos madurado mucho con la llegada de Olivia, y si bien el comienzo fue complicado, salimos a flote ilesos. Nuestro amor y el amor por nuestra hija eran las herramientas que usábamos... las que conocíamos. Hoy podía confirmar que éramos invencibles, nada puede dañar la fortaleza que habíamos creado.
Con Pedro, hace más de 1 año, decidimos comprar nuestra casa soñada, no dudamos en adquirir esta. Era perfecta, una casa amplia que habíamos reformado a nuestro gusto. Con el parque y el césped que tanto queríamos con Pepe, en donde Oli ahora corría para jugar con Moro, nuestro negro y peludo (Como le decía mi marido) Bulldog Francés de 2 años.
Pedro me había cumplido mi capricho de ampliar la familia con un perrito, aun estábamos en el departamento en ese entonces y Oli ya tenía más de 1 año y empezaba a caminar. No fue difícil convencerlo y un día sin decir nada…
Flash Back…
Pedro: ¡Oli! –Mientras la movía despacio- ¡Princesita, despertate!
La vi retorcerse y protestar, ¡A quién habrá salido! Sonreí sabiendo la respuesta.
Pedro: ¡Dale, Oli! ¡Despertate, amor! – Le dije acompañando mis palabras con otra sacudida, y muchos besos por toda sus cara, cuando la veo abrir sus ojitos y sentarse de golpe…
Oli: ¿Ya llegó? –Reí por su ansiedad.
Pedro: ¡Buenas tardes, princesa! Y ¿Por quién preguntas? ¿Papá Noel?-Me miró y me dijo.
Oli: ¡No seas tontito, papi! ¡Ya sabés de quién hablo! –Me dijo levantando sus manitos.
Pedro: ¡Oli! ¿Cómo me vas a decir eso? –Le dije aparentando estar dolido.
Oli: ¡Perdón, papito! ¿Estás enojado? – Me dijo sentándose de un salto en mi regazo, mirándome preocupada, con sus hermosos ojitos verdes, iguales a los de su mamá y me pregunté si ella sería capaz de hacer algo algún día como para enojarme realmente. ¡Esta criatura era mi perdición!
Pedro: ¡No, princesa! – Y comencé a hacerle cosquillas en la pancita y comenzó a reír descontroladamente.
Oli: ¡No, papito! –Me dijo entre risas y yo también reía, su risa era la música más linda que podría escuchar jamás…
Pedro: ¡Bueno! ¡Vamos abajo que ya está tu merienda! –Oli asintió, contenta.
Oli: Pero si me llevas a cocochito –Me dijo y yo acepté. Entre risas le indiqué que se subiera en mis hombros, como hacía siempre.
Y así salimos de su habitación, entre corridas y saltitos, como a ella le gustaba y algún tropiezo fingido que la hacían gritar.
Bajamos las escaleras y fuimos hasta la cocina y apenas entré, la vi de espaldas... Se dio vuelta despacio y era como si hubiesen pasado días sin verla, cuando solo fueron unos minutos, los que tardé en ir a despertar a nuestra hija…
Paula: ¡Por fin! ¡Estaba por ir a buscarlos! –Me acerqué y bajé a Oli de mis hombros.
Oli: ¡Mamí! ¿Cuándo va a llegar mi hermanita?-Le preguntó acercándose a la panza de 8 meses de Pau.
Pedro: ¡Es lo primero que me preguntó cuándo se despertó! –Pau le dedicó una mirada tierna y se agachó hasta su altura.
Paula: ¡Pronto mi amor! Ya te dije que seguro que para después de reyes ya está con nosotros…
Pedro: ¡O antes! –La interrumpí.
Paula: ¡No estás ayudando, amor! ¡La idea es calmar su ansiedad no potenciarla! –Me retó y reímos.
Nos sentamos a tomar unos mates con Pau, mientras Oli tomaba su leche chocolatada y sus galletitas favoritas. Amaba poder compartir cada momento del día con ellas.
Hace unos días se habían decretado oficialmente mis vacaciones. (Mediados de diciembre) Y no planeaba volver hasta marzo o abril. Quería disfrutar la última etapa del embarazo de Pau, el nacimiento de nuestra segunda hija y sus primeros meses, tranquilo, y tenía la suerte de poder hacerlo.
Me habían propuesto hacer temporada de teatro en Carlos Paz, como los últimos años pero no acepté la propuesta. Amaba hacer teatro, era una experiencia incomparable, y más las veces que lo hicimos juntos con Pau. Pero este año, mi prioridad eran ellas.
Así que ni bien terminamos los programas de la productora me dediqué pura y exclusivamente a disfrutarlas.
Pedro: ¿En que quedaron al final? ¿A qué hora empiezan a caer? –Le pregunté a Pau. Hoy era noche buena y era la primera que íbamos a pasar en nuestra nueva casa, la que habíamos comprado a principios de este año. ¡La casa de nuestros sueños!
Paula: ¡En seguida supongo! ¡Sabés como son tus hermanas e Inés ni te cuento! Ya tienen todo organizado entre ellas- Sonreí y me imaginaba.
Mi familia aceptó gustosa la idea de venir a pasar navidad acá, pero con la condición de encargarse de todo, no querían que Pau se esté esforzando en su estado. Pau había tenido un par de complicaciones durante el embarazo, casi iguales a los que tuvo con Oli, la que la obligó a mantenerse en reposo la mitad del tiempo.
Cuenta Paula…
No había cosa en el mundo que me hiciera más feliz que ver cómo Pepe y Oli, ríen, se aman, se adoran. Nunca dudé de lo que sería Pedro como padre y cada día que pasa lo termina re confirmando de nuevo. Yo, a la vez me había convertido en una madre sobre protectora. Cuidaba a mi hija como si fuera una leona y dudaba que eso llegara a cambiar algún día. Oli era nuestro sueño hecho realidad, al igual que nuestra bebita que viene en camino. ¡Sí! ¡Otra vez nena! Bianca era el nombre que habíamos elegido hasta ahora, yo seguí insistiendo en ponerle Ana, pero, en realidad a menos de un mes de nacer, todavía no nos poníamos de acuerdo.
Todo lo que vivimos en estos años fue maravilloso. Superamos cada obstáculo forjando nuestro amor más que nunca. Creo que Pedro y yo habíamos madurado mucho con la llegada de Olivia, y si bien el comienzo fue complicado, salimos a flote ilesos. Nuestro amor y el amor por nuestra hija eran las herramientas que usábamos... las que conocíamos. Hoy podía confirmar que éramos invencibles, nada puede dañar la fortaleza que habíamos creado.
Con Pedro, hace más de 1 año, decidimos comprar nuestra casa soñada, no dudamos en adquirir esta. Era perfecta, una casa amplia que habíamos reformado a nuestro gusto. Con el parque y el césped que tanto queríamos con Pepe, en donde Oli ahora corría para jugar con Moro, nuestro negro y peludo (Como le decía mi marido) Bulldog Francés de 2 años.
Pedro me había cumplido mi capricho de ampliar la familia con un perrito, aun estábamos en el departamento en ese entonces y Oli ya tenía más de 1 año y empezaba a caminar. No fue difícil convencerlo y un día sin decir nada…
Flash Back…
Estábamos con Oli esperando que llegue Pepe de su jornada laboral. Con él nos turnábamos para cuidar a Oli, para poder cumplir con nuestros trabajos, y a la vez, siempre estaba Inés dispuesta a tomar la responsabilidad. Amaba a Oli, y cumplía con su rol de abuela a la perfección. Zaira y Gege también nos ayudaban al igual que sus tías. Sí, Oli no tenía problemas a la hora de encontrar niñeras, hasta se peleaban por tomar el puesto.
En eso escuchamos que llega Pepe, y como siempre, Oli se acercaba con sus pasitos inseguros a la puerta a recibir a su padre, al amor de su vida.
Pedro abrió la puerta, despacio, sabiendo que del otro lado, seguro encontraría su bienvenida. Pero esta vez cargaba con una caja enorme.
Oli: ¡Papi! –Lo saludó Oli, era una de las pocas palabras que le salían bien.
Pedro: ¡Princesa! – Se agachó a su altura para darle muchos besos, mientras ella reía y seguía con su vista fija en la caja. ¿A quién habrás salido tan curiosa? Yo quería saber Ya que había en ella.- ¡Hola, amor! Se acordó de mí, y se acercó para darme un beso.
Paula: ¡Hola mi vida! ¿Qué hay en la caja? –Rió ante mi ansiedad y no me importaba.
Pedro: ¡Fijensen! –Nos dijo dejando la caja en el suelo.
Se paró en frente nuestro para observar lo que hacíamos con ella, Oli y yo nos acercamos. Levanté la tapa despacio, como si se tratara de una bomba e inmediatamente una bola de pelo negro sacó su cabeza. Oli empezó a saltar de felicidad y yo no lo podía creer. Lo levanté mientras lamía insistentemente mi cara y se lo acerqué a mi hija y repitió la acción, mientras movía la cola.
Fue amor a primera vista, Pedro se unió a nosotros y nos abrazó.
Pedro: ¿Les gusta? –Dijo inseguro.
Paula: ¡No ves! ¡Lo amamos! –Le dije llenándolo de besos.
Pedro: ¡No sé cómo te puede gustar esa cosa negra y peluda! ¡Parece un chancho! -Dijo mirando al perrito, que ahora saltó en los brazos de Oli.
Paula: ¡Pedro! –Le dije golpeando su brazo en modo de protesta y él rió. -¡Es hermoso! ¿No, Oli?- Le dije a mi hija.
Oli: ¡Sí! –Abrazó fuerte a su papá en modo de agradecimiento y podía ver como Pepe se derretía en sus brazos.
Fin del Flash Back…
Oli terminó de merendar y en ese momento escuchamos el timbre, ella salió corriendo para ver quién era. Moro y nosotros atrás de ella.
Oli: ¡Mi padrino! –Gritó contenta, y le abrimos la puerta. Juampi no venía solo, Cami y Benja estaban con él.
Juampi: ¡Princesa! –Le dijo alzándola y llenándola de besos, la dejó en el suelo y saludó a Cami y por último a su gran amigo.
Oli: ¡Benja! –Los primitos se abrazaron, como si hace meses no se hubieran visto, cuando la realidad era distinta.
Amaba ver el cariño que se tenían con Benja, se habían criado como hermanos. Todavía recuerdo como si hubiese sido ayer cuando Juampi, vía skype me dio la gran noticia. Con Cami iban a mudarse a Buenos aires.
Juampi y Cami. Habían comprado unas acciones a través de unos conocidos acá. La empresa creció y empezó a dar sus frutos. Juampi se apoderó de más acciones, haciéndolo socio mayoritario a la distancia. La intención de Juampi siempre fue volver y cuando vio que la estabilidad económica se lo permitía no costó mucho tomar la decisión.
La felicidad que sentí al escuchar eso me hizo desatar en llanto. Y hace menos de un año vivíamos a solo un par de cuadras. Obviamente la decisión de mudarnos acá era por eso también. ¡Otra vez lo tenía cerca mío!
Apenas llegaron, Oli agarró de la mano a su primito y se lo llevó al patio para jugar. Eran almas gemelas, no podían vivir separados.
Nos sentamos a tomar unos mates con Juampi y Cami, mientras hablábamos de la cena de esta noche…
Cami: Así que ya tenemos todo organizado ¡Menos mal! ¡Benja está re ansioso con su papá Noel-Nos confesó sonriendo, muerta de amor por su hijo.
Paula: Oli está más ansiosa con la llegada de su hermanita.-Le confesé.
Pedro: ¡Pregunta cada media hora si ya va a nacer! –Reímos los 4.
Juampi: ¡Va a ser una gran hermana!-Y estaba segura que sería así, Oli era increíble.
Paula: ¡No tenemos dudas de eso! –Dije mirándolo a Pedro que no sacaba su mano de mi panza. Amaba ese contacto que decía tanto… estaba enloquecido con nuestras hijas. Amaba que tenga el mismo trato desde la panza con nuestra bebita como lo tuvo con Oli.
FIN DE LA PRIMERA PARTE...
MAÑANA SUBO LA SEGUNDA PARTE!
Ayyyyyyyyyyyy, qué tierno cap Lau!!!!!! Fiel al estilo de toda la novela, no dejás de sorprenderme Lau, tendrías que dedicarte a la escritura de novelas tiernas.
ResponderEliminarGracias Sil!!! qué bueno que les haya gustado la primera parte! Y, sí! tenía que mantener el estilo hasta el final! ;)
EliminarDedicarme a esto? jajaja Te quiero Sil!
Que lindoooo! Como paso el tiempo y el amor sigue intacto! Son re tiernos!
ResponderEliminarSerá que estas viendo el futuro y se va a dar así? (Guarda este mensaje x las dudas! Jaja) Creo q PP se muere xq espera el varón (en la realidad).
Me dijiste que no habías escrito x mi culpa y ya tenes la segunda parte para mañana jaja! Cuantas son al final?
Tq, buen finde!
Besos
Hola Lau! sí, el amor sigue intacto, sin dudas!
EliminarJajaja voy a guardar el mensaje! En una de esas! Pero solo les deseo lo mejor, si coincide con lo escrito será mera coincidencia!
Son 3 partes! Ya está todo escrito! Solo te quería hacer sentir culpable por distraer mi concentración! ;)
Buen finde y mañana estará la segunda parte! Beso!