Capítulo 96

Capítulo 96



Pedro: ¡Buen día dormilona! –Me pegué a su cuerpo y lo abracé fuerte, necesitaba sentirlo…

Paula: ¡Extrañaba tanto esto! –Le confesé emocionada y quise disimular mi llanto entre su pecho, pero me separó y levantó mi cabeza para mirarlo…

Pedro: ¡Ya no vamos a extrañarnos más, vamos a pasar el resto de nuestras vidas así! –Y sabía que era así… que ese vaticinio iba a cumplirse y no pude evitar sonreír y llenarlo de besos…


   Nos levantamos a media mañana, creo que el hambre voraz nos obligó a hacerlo. No habíamos cenado, solo habíamos comido unos chocolates a la madrugada para reponer un poco de energía, pero ahora mi estómago reclamaba…


Paula: ¡Bueno, amor! Vos andá a bañarte que yo voy a preparar algo para que desayunemos ¿Sí?- Le dije mientras lo veía levantarse con toda la fiaca del mundo…

Pedro: ¿Qué? ¿No te vas a bañar conmigo? –Me preguntó haciendo puchero y yo que ya estaba al pie de la cama, vistiéndome con la ropa que me había prestado y que encontraba en el suelo me agaché a darle un beso…

Paula: ¡No! ¡Necesito energías! ¿O querés que me desmaye en la bañera? –sin objetar nada se fue al baño…


   Antes de ir a la cocina fui a revisar si mi ropa que estaba colgada en el tender estaba seca, pero no, aun le faltaba y la maldita humedad no ayudaba a acelerar el proceso. Fui a preparar el desayuno, mientras hurgaba en las alacenas de mi novio… sí, mi novio, amaba volver a usar ese adjetivo con Pedro. En eso escucho sonar el timbre. Miré por el monitor, era Luciana… ¡Ay, no! ¿Qué hago? Me fui corriendo en frente de la puerta del baño…


Paula: ¡Amor! ¡Es Luciana! –Le dije nerviosa…

Pedro: ¿Qué?

Paula: ¡Luciana, gordo! Está abajo ¿Qué hago?

Pedro: ¡Hacela subir! Ya salgo


    Sin decirle nada la habilité para subir. Me fui corriendo al espejo a mejorar un poco mi aspecto, que, para cualquier otra persona aparte que para mi novio, dejaba mucho que desear… Era obvio que había pasado la noche con su hermano y aunque con Luciana siempre tuvimos la mejor no sabía cómo manejarme ahora, supongo que natural, somos adultos y no tenemos que rendirle cuentas a nadie.

    A los pocos segundos la escucho golpear la puerta y fui rápido a abrirle. Cuando le abrí estaba de espaldas con unos paquetes, distraída con su celular…


Luciana: ¡Por fin, nene! ¡Podrías haber…-Se quedó muda al darse vuelta y ver que no era el hermano…

Paula: ¡Hola Luciana!-Traté de sonar relajada al ver el cambio rotundo en su rostro…

Luciana: ¿Vos? ¿Qué hacés acá? –Me dijo increpándome, y luego me miró de arriba abajo, suspiró- ¡Deja! ¡No me digas nada! Que pregunta estúpida, ¿Dónde está mi hermano?-Me dijo mientras entraba a el departamento y dejaba unas bolsas que parecían de una tintorería y otras de supermercado…

Paula: Se está bañando, ya sale… -Sus ojos irradiaban fastidio y me hacía sentir incomoda…

Luciana: -Se rió- Ya sabía que todo eso que pasó ayer en el programa iba a traer problemas- Soltó sin filtro.

Paula: ¡Para Lu! ¿Por qué decís eso? ¿Por qué me hablás así? –Le dije parándome en frente para que me mire ya que trataba de esquivarme…

Luciana: ¡Haber! Decime vos… ¿Cómo querés que te hable después de lo que le hiciste a mi hermano?-La miré resignada y traté de calmarla…

Paula: Te entiendo Luciana, pero ya pasó, ya hablamos y aclaramos todo, nos amamos y queremos volver a intentarlo…-Le dije segura.

Luciana: ¡Qué fácil es decir ya pasó para vos! ¿Acaso vos sabés lo que fue para nosotros ver como mi hermano se moría por tu culpa? –Las palabras de Luciana me cayeron como un balde de agua fría, no entendía y creo que ella lo notó…- ¿No sabías?- Comencé a llorar y solo pude negarle con la cabeza, ella cerró sus ojos, creo que se dio cuenta de que había hablado más de lo que debía…



    En ese momento escucho que sale Pedro del baño y se acerca a donde estábamos nosotros, yo estaba de espaldas hacía él, no podía girar para mirarlo era como si estuviese clavada en el piso… e hice fuerzas para no delatar mi estado.


Pedro: ¡Hola Lu! –Se acercó a Luciana para saludarla pero ella lo esquivó...

Luciana: ¡Podrías haberme avisado! ¡Sabías que iba a venir!- Le reclamó y Pedro la miró incómodo, me miró y se dio cuenta de que algo no estaba bien…

Pedro: ¡Para Luciana! ¿Qué te pasa? –Le preguntó levantando la voz y lo que menos quería es que discutan por mí…

Paula: ¡Yo me voy! – Dije tratando de evitar hacer más evidente mi estado. Los dos me miraron sorprendidos…

Pedro: ¿Qué, Pau? vos no te vas a ningún lado, amor…-Me dijo tratando de alivianar su voz…

Luciana: ¡No! Obvio, acá la que sobra soy yo-Dijo y agarró su cartera y se fue sin despedirse de ninguno de los 2, pegando un portazo.


    Nos quedamos mirándonos, no podía evitar que mis lágrimas salieran descontroladamente y él se acercó a mí…


Pedro: Amor ¿Por qué llorás? ¿Qué pasó? –Me dijo abrazándome…

Paula: ¿Es verdad lo que me dijo Luciana? ¿Qué hiciste, amor?-Le dije como pude con la poca voz que me salía, pero necesitaba saber todo… aunque duela… ahora. Él me miró triste y habló…


Cuenta Pedro…


     No podía haber caído en peor momento, ¿Cómo olvidé que Luciana iba a venir a traerme mis cosas como lo hacía siempre para que después vayamos a lo de papá? Ella le había dicho algo de lo que pasó a Paula y no tenía sentido que se lo oculte, aunque no creía que sea el momento, la veía tan angustiada que no tuve otra opción…



Pedro: ¡Amor! Tranquila por favor… yo te voy a contar qué pasó pero quiero que te tranquilices- Le pedí y ella asintió no muy convencida. La llevé hasta el sillón y la tomé de la mano, con la otra me detuve a secar sus lágrimas que no dejaban de caer… tenía toda su atención puesta en mí y decidí contarle la verdad, lo que sabía, lo que recordaba…



Flash back…


     Sentí que el mundo entero se me había venido encima. Se había acabado todo. Paula ya no quería que estemos juntos. Quedé paralizado viendo cómo se iba de mi vida. No podía creerlo… no podía soportarlo…

     No sé cómo llegué a mi auto y mucho menos a mi departamento… me faltaba el aire y mi corazón saltaba de mi pecho… no tenía fuerzas… Entré y me fui directamente al botiquín en busca de mis pastillas, las que el día anterior me habían calmado, pero sentía que no había nada que me calmara en ese momento ni nunca más… necesitaba dormir… horas... días. Una no sería suficiente así que decidí que terminar las que quedaban en el frasco, sin pensar…


     Desperté y lo primero que vi era a mi viejo que me sostenía de la mano mientras lloraba, cuando me vio despertar me abrazó fuerte, estaba confundido. Estaba en una Clínica. Me miró y me dijo ¿Por qué?

    Después me enteré que Hernán había ido a verme, Paula la había llamado a Zaira cuando estaba con él para contarle que había terminado conmigo y él fue hasta mi departamento preocupado por mí. Cuando llegó me encontró tirado en el baño con el frasco vacío en mis manos. Como pudo me llevó hasta una clínica en donde hicieron todo lo que pudieron, ya que no sabían si había pasado mucho tiempo en ese estado. Desperté 2 días después…

    Jamás pensé lo que hacía, ni jamás me voy a perdonar el haberlos hecho pasar a mi papá ni a mis hermanos por eso.

    No voy a olvidar jamás las palabras que con profundo dolor me dijo mi viejo…


“Pensé que no podía haber algo más doloroso que ver morir a tu madre cuando se aferraba a la vida con tantas fuerzas… hasta que preferiste dejar de vivir cuando tenías toda una vida por delante…”


Fin del flash back…


    Terminé mi relato como pude, remover todos esos momentos dolía. Ambos llorábamos…



Pedro: Desde ese día estoy con asistencia psicológica, mi papá, mis hermanos y mis amigos, en especial Hernán están pendientes de mí y eso es algo que me duele, me cuesta… Pero ya está, ya pasó amor-Notaba que mis palabras no la tranquilizaban en absoluto…

Paula: ¿Vos te das cuenta lo que hiciste? ¿Y si Hernán no llegaba? –Rompió en llanto de nuevo…

Pedro: ¡Pero no pasó! ¡Estoy acá! –La abracé fuerte, besándola…

Paula: ¡Todo lo que pasó es mi culpa! Tu hermana tiene razón…-La miré y sabía que esto le iba a traer culpas y no quería que sea así…

Pedro: ¡No, amor! Vos no tenés la culpa de lo que hice, yo fui el que hice lo que hice sin pensar, no estaba bien…

Paula: ¡Pero estabas así por lo que pasó entre nosotros! Porque habíamos terminado-Me interrumpió y suspiré

Pedro: ¡Sí! Pero vos no me pusiste las pastillas en la boca, fui yo y te juro que no sabía lo que hacía, no medí las consecuencias. Amor ¡por favor! Sacate esa idea de la cabeza, ni mi hermana ni nadie puede hacerte responsable de lo que hice…

Paula: ¿Y cómo hago? Yo me moría con vos si te llegaba a pasar algo…-Me dijo sincera, y me odiaba por hacer que se ponga así…

Pedro: ¡No digas eso amor! –La tomé con ambas manos de la cara- ¡Mirame! ¡Vamos a superar esto juntos! ¿Sí? ¿A todo o nada?- Suspiró y me dijo…

Paula: ¡Sí! ¡Obvio amor! ¡Te amo con toda mi alma! Te juro que nunca más te voy a dejar solo, te voy a cuidar, no quiero que vuelvas a pasar por algo así de nuevo… -Hablaba con lágrimas en los ojos pero con una seguridad que jamás había visto en ella- voy a estar con vos cada segundo que necesites y voy a ir con vos a donde quieras que vayamos, pero juntos… siempre y para siempre mi amor… -Me llenó de besos y amé que quisiera tanto como yo superar esto juntos, me sentía vulnerable después de todo lo que pasó pero estando con ella sentía que podía afrontar cualquier cosa, ella me hacía fuerte… vamos a estar bien…

    Hola! Cómo están? Bueno… Acá les dejo el capítulo de hoy, eso fue lo que pasó con Pedro el día que terminaron y ya sé también que es un tema difícil que voy a tratar de llevar con cuidado… realmente lo hizo sin pensar en medio de una crisis y pudo traer consecuencias irreversibles, pero dice el dicho “Lo que no te mata te hace más fuerte” y quiero que vean un proceso de cambio en él, espero poder hacerlo y que puedan verlo como pretendo ¿sí? Les juro que no fue maldad, espero lo entiendan.


    Ya saben que pueden dejar sus comentarios y a la que quiera que le avise cada vez que suba mi twitter es @LauyValenPyP pueden dejar sus comentarios ahí también.

    Les dejo el adelanto del próximo capítulo que subiré el día jueves…

Paula: ¿Lo sabías y no me dijiste nada? –Le reproché entre lágrimas, ella trató de calmarme pero era como si necesitara descargarme con alguien y ella estaba ahí para recibir los azotes…

Zaira: ¡No podía contártelo! Lo había prometido… No era yo la que tenía que decírtelo- Me dijo firme y segura de haber hecho lo correcto…

Paula: ¿Y si se moría? ¿Ahí recién me lo ibas a contar?- Le dije ya enojada y de solo pensarlo un frío recorrió mi cuerpo…