Capítulo 27


Julián: no pensaba dártelo en estas condiciones…-claramente imaginaba otra situación, totalmente distinta a ésta, pero era suyo, para ella lo compré, para representar en él el amor que por ella siento…


Paula: yo no voy a aceptarlo Julián… -me interrumpió haciéndome señas de que lo guarde cosa que no hice…

Julián: yo necesito que lo aceptes, no te estoy atando a nada… -tomé aire- solo quiero que veas en él la promesa que nunca voy a romper… la de amarte por el resto de mi vida, y nada va a cambiarlo… -dejé el anillo en sus manos las cuales todavía sostenía…

Paula: ¿por qué hacés esto?

Julián: porque te amo, nada más…-volvió a agachar la cabeza y guardó el anillo que le di…

Paula: tenés que irte, ya no tiene sentido que sigamos hablando, yo ya te dije todo –secándose las lágrimas y parándose, yo lo hice atrás de ella…

Julián: una última pregunta y me voy… -me miró fijo y asintió para que siguiera- ¿ustedes están saliendo… formalmente?

Paula: todavía no, quería hablar antes con vos… -fuimos hasta la puerta… antes de despedirnos le dije…

Julián: te voy a extrañar mucho…

Paula: yo también… te quiero mucho Julián…- y nos fundimos en un abrazo, lleno de nostalgia, y afecto, con olor a despedida…


Cuenta Paula…


     Estaba devastada, sabía que no iba a ser fácil contarle a Julián lo que me pasaba, terminar nuestra relación, aceptar que ya no estábamos juntos… Miré mis manos y allí estaba el estuche que contenía el anillo el cual me obligó a aceptar solo para recordar que me ama, sentí un dolor profundo en el pecho, sus palabras, su angustia, la mía por estar lastimándolo así cuando claramente no se lo merecía. Pero estaba segura de haber hecho lo correcto, no podía vivir en la sombra mintiéndome, mintiéndole solo por sostener nuestra relación. Lo que siento por Pedro es hasta ilógico, sobrenatural, imposible de ocultar, es amor, y necesitaba jugármela por él… Los daños colaterales que le causé a Julián me llenaban de culpa, verlo como se fue, ese abrazo cargado de tristeza, de dolor… pero era lo mejor, lo justo…

    Entré a mi habitación y me dejé caer en mi cama, tenía todo el cansancio del mundo encima, estas 24 horas habían sido intensas, necesitaba dormir una semana entera…


Cuenta Pedro…


    ….La vi a lo lejos, estaba hermosa, me vio y me sonrió. Estábamos totalmente solos… me acerqué hasta donde ella estaba y una vez que la tuve en frente nos fundimos en un abrazo… comenzamos a besarnos… necesitábamos tomar aire…


Pedro: no te das una idea de lo que te extrañé…-mientras posaba mi frente en la suya ella me sonrió sin decir nada… miró hacia el costado y lo vimos, era él…


Paula se separó de mí para irse a su lado, él me miraba con una sonrisa en su rostro y así como si nada se fueron, juntos, abrazados. Yo estaba inmóvil observando la escena… ella volvió su mirada hacia mí, para luego besarlo frente a mis ojos…


     Me desperté sobresaltado, con esa angustia de nuevo después de soñar las mismas escenas noche tras noche, pero ésta vez fue distinta, más real que las de antes. Estaba bañado en sudor, tomé mi celular, las 7 de la tarde, hace horas que no sabía nada de Paula y sin pensarlo la busqué en mi agenda, la llamé y nada, apagado o fuera de servicio. Necesitaba saber de ella, escucharla, saber que estaba todo bien… me metí al baño para darme una ducha, pensando inocentemente que me relajaría pero solo obtuve el efecto contrario, mi cabeza no dejaba de hacer especulaciones…



    Salí a mi balcón acompañado por mi maldito vicio, ese que me relaja en mis ansiedades y mis angustias, me senté en el suelo, fuera de la vista de cualquiera que podría a llegar a pasar por la calle, y encendí el cigarrillo, otra vez marqué su número, la misma respuesta. Recordé que ella se había quedado sin batería ayer pero ¿todavía no lo había cargado? Traté de relajarme y le mandé mensajes con mi número ya que a ella le saldría bloqueado, pidiéndole que me devuelva las llamadas, que me responda, que necesitaba saber de ella…

    Los minutos pasaban y mi ansiedad crecía, yo en el mismo lugar y no hacía más que maquinar, ya no había puchos que me calmen la ansiedad, otra vez intenté llamarla y nada, me llegaban mensajes y al ver que no eran de ella me frustraba peor…

    Trataba de tranquilizarme pero era en vano, no encontraba justificativo para que a estas horas no nos hayamos comunicado como habíamos acordado… ¿y si se arrepintió? ¿y si lejos de terminar con Julián solo terminaron limando las asperezas? ¿y si me mintió en todo lo que me dijo? ¿si solo quería una noche nada más? ¿si jugó conmigo? Sí, mi cabeza me daba miles de opciones, una peor que otra…

    Empecé a sentir que me faltaba el aire, esa presión en el pecho que te deja inmóvil se hiso presente, junto con el miedo y el pánico… no… otra vez no…


   Agradecí tener mi teléfono encima ya que no podría dar dos pasos, mis manos temblaban y buscar el número de mi amigo en la agenda se me hacía imposible, lo encontré y lo llamé…


Pedro: Hernán… -con el hilo de voz que apenas me salía…

Hernán: ¿Pepe? ¿qué te pasa? ¿Dónde estás? –mi amigo me conocía lo suficiente para notar mi estado solo al oírme…

Pedro: En casa… vení… por favor!

Hernán: ya salgo para allá, llevo mis llaves… -me cortó la comunicación…


    Escuché las llaves de mi amigo en minutos pero para mí fueron eternos… Seguía el mismo lugar en el balcón sin poder moverme, lo escuché llamarme y le respondí como pude…


Hernán: ¡Pepe! ¿qué hacés ahí? ¿qué te pasa? –mi amigo se agachó al lado mío…

Pedro: ¡Otra vez Nan! Otra vez esta sensación de mierda… -casi no podía hablar, solo lloraba…

Hernán: ¿las pastillas? ¿las tenés? ¿Dónde están?

Pedro: en el baño… en el botiquín… -no terminé de hablarle y mi amigo ya se había ido a buscarlas…


   Minutos más tarde ya me sentía mejor, por decirlo de alguna manera, pero la presión que sentía en el pecho, la falta de aire y los temblores desaparecían de a poco.



Hernán: estás mejor, ¿no? –mientras me pasaba otro vaso de agua…

Pedro: si, mejor... –tratando de sonar convincente ya sabía la que se me venía…

Hernán: buenísimo, ahora contame que te pasó, ¿por qué te pusiste así? Desde el aniversario del fallecimiento de tu vieja el año pasado no te agarraba esto Pepe, pensé que lo habías superado… -se quedó pensando…- ¿es por Paula que estás así? -¡bingo! Había adivinado y ahora tenía que contarle…


    Le conté a Hernán todo lo que pasó con Paula, todo lo que nos dijimos, lo que hicimos (guardando los detalles) las promesas de amor y nuestra fallida despedida… todas mis especulaciones que me llevaron a donde llegué…


Hernán: no sé qué decirte… si estaba todo bien ¿por qué te maquinás así?

Pedro: es que verla con el novio así, me impactó, no puedo soportarlo…-me sinceré…

Hernán: y le prometiste que la ibas a bancar y estás así ¿qué esperabas? Que se ponga ahí en el aeropuerto a contarle todo al pibe… -agaché mi cabeza, mi amigo tenía razón… -relajá Pedro, así no vas a solucionar nada… ah! Y no creo que te haya dado cualquier número ni te haya mentido no podría ser tan turra…

Pedro: si, ya sé pero no podía dejar de enroscarme… te juro, no lo pude controlar, esta vez no pude…


    En eso suena mi celular, una llamada, Hernán lo agarró ya que yo ni ganas tenía y leyó…


Hernán: ¿amor? –era ella, por fin… agarré el celular y atendí la llamada…

Pedro: Paula…

 

    Hola!!! Cómo están??? Qué cuentan??? Y si, para la que supo leer entre líneas habrá sabido deducir que Pedro sufría de estos ataques (no querer estar solo, su excesiva ansiedad) y bueno acá no lo pudo controlar!!! Espero que les haya gustado a pesar de todo!!! Igual deben estar contentas porque por fin se sacó a Julián de encima!!!

    La que quiera puede comentar!!! Me encanta que lo hagan!!! Y la que quiera que le avise cuando suba o hacerme algún comentario también mi twitter es @LauyValenPyP soy Lau!!! Voy a subir el martes!!! Y vuelvo a subir día por medio!!! Les dejo un adelantito ;)

   

    Entramos a mi departamento y ni bien cerré la puerta, quedamos frente a frente, como la noche anterior, y él sonrió, seguro habría recordado lo mismo… me acerqué acortando los pasos que nos separaban y lo abracé, el respondió a ese abrazo con fuerza, y sentía que todo mi cuerpo se estremecía con el contacto con él. Nos separamos para volver a unirnos en un beso, que los dos necesitábamos, lo sentía…